Publicado en el diario La Razón el lunes 11 de febrero de 2019
Organizado por la Cátedra
de Servicios de Inteligencia y Sistemas Democráticos de la Universidad Rey Juan
Carlos de Madrid, en colaboración con la Asociación de ex Miembros del Servicio de Inteligencia Español
(AEMSIE) y el Club Le Carré de
escritores de novelas de espías, se han celebrado los pasados días 6, 7 y 8 de
febrero las “Jornadas de Literatura y
Espionaje”
El objeto de
estas primeras Jornadas, según Fernando
Velasco, director de la Cátedra, es dar a conocer la literatura de
espionaje escrita en español y contribuir a la divulgación de la Cultura de
Inteligencia.
La nómina
de escritores ha sido amplia e importante, ellos y sus obras más destacadas
figuran en el apartado “Autores” de la página Web oficial (http://jornadasdeespionaje.es/?cat=3),
pero no me resisto a dejar de nombrar a
quienes han tenido un papel más destacado en la organización de las Jornadas.
El Club Le Carré, fundado por Fernando Martinez Laínez y Jose Luis
Caballero, ambos escritores de prolongada y brillante trayectoria, acoge en
su seno a escritores del género de espías. El Club tendrá tres sedes, en
Madrid, Barcelona y Cádiz y desde ellas organizará actividades relacionadas con
la novela de espías.
La AEMSIE ha tenido una parte importante
en la organización y su desarrollo. Juan
Martín Roy como presidente e Ignacio Vazquez Prieto, han contribuido con su
propia experiencia y conocimiento de las historia del espionaje, no solo
español, a la brillantez de estas primeras Jornadas.
El dia 6 abre las Jornadas Jorge Dezcallar, diplomático que fue
Director del CNI, que nos habla sobre “El
mundo en 2019, como telón de fondo para novelas de espionaje, una panorámica
del mundo actual: “… la convulsa actualidad
no hace más que espolear un género que, pese a ser ficción, bebe de ese telón
de fondo de la realidad, el mundo está
experimentando un cambio brutal, de ahí la sensación de inseguridad de la que
beben los populismos y nacionalismos. El desencanto con la idea de democracia
que todavía pervive hoy en día, la aparición de nuevos actores internacionales
como China, el proceso de introspección de los americanos y la crisis de Europa
abonan el terreno para esa incertidumbre que perpetúa un mundo de tensiones
donde este tipo de movimientos campan a sus anchas. Los populismos hacen bien en detectar los problemas, el problema son
las soluciones que plantean”.
A
continuación copio de la página web oficial, y lo hago así porque no quiero ser
yo quien les traslade, amables lectores, las magníficas sensaciones personales
de esta experiencia, la de la mesa de debate en la que participé, casualmente
con escritores gaditanos o muy relacionados con Cádiz:
“Los escritores Juan Bolea, Almudena de Arteaga y el también exmiembro del CESID
Jaime Rocha, debutaron en estas Jornadas de Literatura y Espionaje con una mesa
redonda sobre “Novela de Espías y Espías
de Novela”, en la que compartieron de dónde les viene la inspiración para
escribir sobre este género.
Bolea, autor de “Los viejos
seductores siempre mienten”, la halló durante su periplo como corresponsal
en La Habana, primera ocasión en la que coincidió con espías reales durante su
intento frustrado de entrevistar a Fidel Castro. Esa “ambigüedad,
contradicciones y sensación de irrealidad, esa sensación de estar rodeado de
espías, me inspiraban como escritor”, ha asegurado el reputado escritor, para
quien sobran “ejemplos extraordinarios de espías en la historia”, desde Judas a
Quevedo. Una figura, en ocasiones, sobreexplotada en la ficción, hasta el punto
de caer en la sátira, como sucede, curiosamente, con una de sus mayores exponentes, James Bond: “Para
mí 007 sería un antiespía, una parodia de los espías”.
Por su parte, Almudena de Arteaga, experimentada
escritora de novela histórica, vive con “Cenizas
de plata y sangre” su primera incursión en el género del espionaje. Y la
inspiración, en su caso, también fue fruto de la casualidad, al toparse en
Cádiz con “una historia real y desconocida”, unos documentos que podrían
vincular una explosión supuestamente accidental en 1947 con un atentado
provocado por Larissa Swirsky, “una
espía extranjera que actuó en España y en quien Ian Fleming se inspiró para su James Bond”. Una espía, ha
asegurado, que no lo parecía, porque “los
buenos espías parecen de todo menos espías”.
Apenas “un capítulo” de la
prolífica experiencia de Jaime Rocha,
desde sus contactos con “los primos del Mosad y la CIA” a “las redes
clandestinas en el Magreb”, fue suficiente para inspirarle y escribir “Operaciones el Dorado”. Tan solo tuvo
que sortear una barrera, la del secreto profesional inherente a su oficio. “He
tocado todos los palos dentro de la casa, teniendo la ocasión de vivir
diferentes facetas de lo que es el espionaje. De todas saldría una novela, siempre con la barrera del secreto”,
ha reconocido el exmiembro del CESID, para quien “no hay límites” para recabar
secretos.
Solo añadir, sobre mi intervención,
que al hablar de “teóricos” o académicos,
escritores que investigan y plasman en una novela sus conocimientos sobre un
determinado personaje o servicio de inteligencia y “prácticos”, en general, oficiales de inteligencia retirados,
los primeros están mucho mejor preparados en conocimientos teóricos y el
inconveniente con el que tropiezan es el da la difícil comprensión del
funcionamiento del mundo de la inteligencia, mientras que no cuentan con la
infranqueable barrera del secreto con la que nos encontramos los profesionales.
El Club Le Carré pretende, entre otras
cosas, la colaboración entre académicos y prácticos para perfeccionarse
mutuamente. Como también la Cátedra de Servicios de Inteligencia y Sistemas Democráticos, cuyos estudios teóricos y
prácticos se complementan perfectamente para una mejor comprensión del
alumnado.
Durante
las sesiones de los días 7 y 8, escritores de reconocido prestigio como Nuria Amat, Jon Juaristi, Carlos Carnicer,
José Carlos Somoza y Laura Manzanera, entre otros, nos hablaron de “Los
escritores espías españoles”, “Escritores y Servicios Secretos en la Guerra
Fría”, “El espionaje Hispano en la época imperial”, “Literatura y Espionaje en
la Guerra Civil”, “John Le Carré y la Novela de Espías” y “Mujeres y Servicios
de Inteligencia. La mitad del Cielo”.
Dado
el éxito innegable de estas primeras
Jornadas, es de prever que los organizadores repitan la experiencia en años
sucesivos, les animo a no perdérselas
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