SINGAPUR (4): ESPAÑOLES EN SINGAPUR: EMPRESAS Y CIUDADANOS
Lamentablemente la agenda
del nuestro embajador en Singapur está muy apretada y le ha sido imposible
recibirme en estos 22 días de estancia en esa ciudad/estado. Mi idea, como le
expresé, era saludarle y recabar datos oficiales sobre los españoles que viven
y trabajan en Singapur.
Es habitual en mí, cuando
salgo al extranjero, interesarme por la
presencia española en el país, tanto empresas como españoles que viven y
trabajan lejos de España. Muy lejos a veces, como es el caso de Singapur, a
más de 11.000 kilómetros.
Aunque la fuente oficial me
ha fallado, si he tenido ocasión de
conocer a muchos españoles que viven allí.
No hace muchos días fui
invitado, como único hombre, a un almuerzo
de señoras españolas en Singapur que celebran todos lo meses. Agradezco la
invitación y la oportunidad de hablar con estas personas. En un magnífico ambiente de amistad y compañerismo, fortalecido
por el alejamiento de sus familias y amigos en España, me fueron exponiendo
lo que es la vida de cada una de ellas.
Se calcula que, de la
población singapurense, unos cinco millones y medio, el cuarenta y cinco por ciento son inmigrantes. Una mayoría
procedente de la India y Filipinas, fundamentalmente como mano de obra, pero
hay muchísimos chinos, británicos, más de 15.000 franceses y sobre los 2.000
españoles.
En Singapur hay oportunidades de trabajo siempre que se
posea una preparación de estudios y experiencia y un conocimiento del idioma
inglés suficiente, pero la residencia la conceden si se tiene un contrato
laboral firmado previamente. Ahora las empresas tienen un cupo para
contratar extranjeros porque hay una
cierta saturación de empresas y ciudadanos y se están desviando hacia Kuala
Lumpur (Malasia) y Vietnam, en esta última casi todo está por hacer y
parece el futuro más prometedor para las
empresas extranjeras. Japón, empresas
de obras públicas japonesas, como pioneras en Vietnam, construyen actualmente el suburbano de Saigón y una autopista elevada.
Las españolas de Singapur trabajan
en muchas actividades distintas. Citaré solo algunas: guía de museo en español e inglés; profesora de español o consultoría
comercial y tienen muchas actividades sociales como el referido almuerzo
mensual, partidas de Mahjong, lectura y
comentarios de libros en inglés o español, estudio de Masters, idiomas, y clubs
deportivos.
También las empresas
españolas tienen presencia en esta ciudad/estado. Algún vino de rioja (escasa
representación de nuestros vinos, mientras hay sobre abundancia de vinos
chilenos, argentinos o de California, amén de franceses e italianos), aceites Borges, las siempre presentes Zara,
Mango, Massimo Dutti y las petroleras Cepsa y Repsol. Algún restaurante
español, escasos también, una cadena de heladerías y muchos españoles trabajando en empresas europeas de obras públicas,
prensa o como entrenadores de clubs deportivos.
Algunos españoles llevan
bastantes años en Singapur y, ni ellos ni quienes llevan menos tiempo, tienen
ninguna prisa por regresar, aun con el gran inconveniente de la separación
familiar. Estos españoles, como los
miles que han tenido que salir de España por las escasas oportunidades de
trabajo en nuestro país en los últimos años, han encontrado una acogida y unos trabajos de primerísima calidad y
unas condiciones de vida muy satisfactorias como se corresponde a un país a
la vanguardia de la civilización.
Hablaremos, en la próxima
entrega, de las habitaciones anti-bomba,
las Fuerzas Armadas de Singapur, y el servicio militar obligatorio, un
capitulo, como casi todo en este país, sorprendente y distinto.
Aunque hace algún tiempo que no le escribo, quiero que sepa que le sigo leyendo con entusiasmo. Me alegro que se haya impregnado del viento fresco de Asia. Cada vez que leo este tipo de testimonios, no puedo dejar de acordarme del jesuíta Padre Telemond de la novela de "Las Sandalias del Pescador", de Morris West, un libro clarividente para su época en el que advertía (en los convulsos 60) que Asia ya estaba llamando a las puertas del mundo llena de vida...
ResponderEliminarMe ha llamado la atención que se asombre de determinadas costumbres y prácticas, algunas son muy similares a Japón, como las mamparas antisuicidio de las estaciones de tren y metro, la prohibición de ensuciar la calle, o el profundo respeto hacia el conciudadano, que son rasgos de civilizaciones asiáticas como Singapur, Corea y Japón. En este tipo de países la percepción externa del honor y el respeto a los demás lo son todo.
Un saludo
Alfonso J.