Publicado en el diario La Razón el jueves 14 de marzo de 2019
Decía recientemente Narciso
Michavila, presidente de GAD 3, empresa especializada en estudios sociológicos y encuestas, que todos los países quieren la Ley Electoral
de los otros, nadie está contento con la suya y es posible que sea así,
pero estoy seguro que ninguna es tan
nefasta como la nuestra.
¿Cómo es
posible, por ejemplo, que en las últimas
elecciones catalanas, los independentistas obtuvieran un apretado cuarenta y
ocho por ciento y sin embargo por el número de escaños pueden gobernar, o
lo que sea que hacen?
¿Cómo es
posible que durante cuarenta años, los dos partidos mayoritarios en España, PP y PSOE, hayan tenido que gobernar, en
muchas ocasiones, accediendo a las exigencias de los partidos separatistas
catalanes y vascos?
¿Por qué,
esos dos partidos que han gobernado en alguna ocasión con mayorías absolutas, en tres ocasiones el PSOE y dos del PP, no han
aprovechado para cambiar la Ley Electoral?
Es difícil
entender la negativa de los dos partidos mayoritarios a reformar la ley. Ahora,
con cinco partidos que se presentan en las cincuenta y dos circunscripciones, y
la indudable ventaja para quienes solo lo
hacen en tres o cuatro circunscripciones, caso de vascos y catalanes
respectivamente, los resultados, en
número de escaños, seguramente no van a tener nada que ver con el número de
votos obtenidos por cada formación política.
En
Andalucía la sorpresa fue Vox, que obtuvo más del doble de los escaños que le
concedían las más favorables de las encuestas. En las próximas generales,
municipales, autonómicas y europeas que vamos a tener desde el 28 de abril al
26 de mayo, ya Vox no será sorpresa,
pero no es fácil que los tres partidos de derechas sean capaces de formar
gobiernos.
Según el
número de escaños en juego, los votos de
Vox, en el supuesto de que este partido sea el que obtiene menos de los tres de
derechas, podrían favorecer al PSOE. De ahí algunos mensajes que circulan por las redes sociales
recomendando a los votantes de derechas que, según donde, voten al PP,
Ciudadnos o Vox.
Habida
cuenta de que el PSOE volverá a aliarse,
para formar gobiernos, con todos los
partidos con los que ganó la moción de censura, es decir, Podemos y sus
confluencias, separatistas e independentistas, la victoria de Pedro Sánchez a nivel de gobierno nacional y del PSOE
en las demás elecciones, parece muy clara.
Solo habría una posibilidad clara de
triunfo para las derechas, presentar candidaturas únicas según en qué
elecciones y circunscripciones. Cosa impensable a juzgar por las
descalificaciones que entre ellos se lanzan o las reticencias de Ciudadnos a
hablar siquiera con Vox.
Así pues, a la vuelta de unos meses tendremos unos
presupuestos imposibles, un déficit muy superior al autorizado por Bruselas y
todo ello en un contexto europeo y mundial amenizado por los acuerdos y
desacuerdos entre USA y China, una caída considerable en los índices de
crecimiento económico (Dios quiera que no venga una nueva crisis y entremos
en recesión) y la consiguiente
destrucción de empleo.
Por no
referirnos a los indultos a los
independentistas, las negociaciones
con relatores internacionales del Estado con Cataluña, y todas las ocurrencias del Dr. Sánchez respecto al diésel, la eutanasia, la Ley de Memoria
Histórica, nueva Ley de Educación,
la reforma de la legislación laboral…todo
menos un pacto por la educación, o la justicia o la sanidad…Sea lo que sea, habremos sido los españoles
los responsables, con nuestro voto, de lo que nos venga en el inmediato futuro.
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