Publicado en el diario La Razón el jueves 28 de marzo de 2019
Quienes
así se pronuncian son amigos extranjeros, personas que admiran nuestra
historia, nuestra cultura y quieren a nuestro país. Los hay de todas latitudes,
de distintos y muy variados países, personas a las que he conocido en muy
diversas circunstancias a lo largo de mis más de cuarenta años de vida profesional.
No se creen
lo que está pasando en España, no se explican muchas de las cosas que acontecen
cada dia en nuestro país, el deterioro de la sociedad española en muchos
aspectos, los problemas territoriales a los que nadie da solución, las altas
tasas de paro, de abandono escolar, de fracaso escolar con índices
tercermundistas, ninguna universidad entre las más prestigiosas del mundo,
nuestros investigadores tienen que emigrar,
Naturalmente
que no todo es malo, algunas empresas españolas compiten a nivel internacional
en primera línea, tenemos muy buenos deportistas, y las bellas artes, si no con
el esplendor de otros siglos, continúan a muy buen nivel.
Entre lo
más lamentable es que dos millones y medio de españoles, en la mayor parte de
los casos con una magnifica preparación,
hayan tenido que emigrar a otros países porque en el suyo no hay oportunidades
de trabajo o de investigación.
Pero lo que
no entienden ellos, y no entendemos muchos españoles, es cómo se ha llegado a
la fractura social que sufrimos los
españoles en general y los catalanes y vascos en particular. Bueno algunas pistas
de lo que ha pasado son evidentes: el adoctrinamiento en el odio desde hace
muchos años a niños y jóvenes; resucitar, no a Franco, sino a los dos bandos de
la guerra civil con un revisionismo sectario de solo de una parte; y no menos
importantes los escandalosos casos de corrupción política que afecta a casi
todos los partidos, aunque a unos lo juzguen y condenen, como corresponde, y a
otros como a los catalanes de CD parece que se les perdona todo.
España no
ha dejado de ser un gran país, aunque su economía haya pasado del puesto octavo
mundial al decimocuarto en pocos años, aunque pasen las cosas que hemos
denunciado, aunque haya quien quiera destruirla desde dentro, aunque se
cuestionen continuamente las sentencias judiciales con una justicia callejera, a
pesar de todo eso hay españoles magníficos que trabajan muy duramente por sacar
adelante a sus familias, que estudian y se preparan, que sirven a sus
compatriotas en cuerpos de seguridad o en sus Fuerzas Armadas, que son miles
los voluntarios, religiosos o no, que se desplazan a las zonas más deprimidas del mundo a ayudar a
sobrevivir a muchos miles de personas.
Esa es la
España que sigue siendo un gran país y no la de los políticos que piensan y
trabajan más pensando en ellos mismos y sus intereses partidistas, que
anteponen sus ansias de poder a cualquier otra consideración, a gobernar al
precio que sea, a traicionar continuamente a quienes les han dado su confianza,
a quienes nos han traído hasta esta situación.
Ahora, tras
los resultados de las elecciones andaluzas, a todos los partidos se les llena
la boca con la palabra España, cuando antes la evitaban. No les creamos.
No hagamos
caso de los programas que luego no cumplen, ni de la publicidad que encuestas
falseadas y medio de comunicación afines hacen, votemos a las personas, su
trayectoria, su preparación su honradez y sus ganas de servir a sus
compatriotas.
España y los españoles tenemos derecho a
que se nos gobierne con honradez, dedicación e inteligencia. En nuestras manos
está, luego no nos lamentemos.