Parece ser la consigna de
este gobierno de la señorita Pepis. Lo mismo da que sea la exhumación de
Franco, como la expropiación de la mezquita de Córdoba, la “memoria histérica”
o cualquier otra cuestión, lo importante
es que existan, en la sociedad española, opiniones controvertidas. Divide a la
sociedad española y saldrás ganado. Te aseguras la mitad de los votos que ya es
mucho más de lo que tienes. Nada de ese “cambio que une”.
Bueno, y también, que la cuestión a debatir no sea, en absoluto, algo
realmente importante y necesario, algo de lo que los españoles de todas las
latitudes estén faltos o escasos como el trabajo, las pensiones, la seguridad,
la educación de buena calidad, la sanidad, sí, la sanidad pública que en muchas
autonomías, incluida la andaluza desde la que les escribo, está escasa de
profesionales y sobrada de listas de espera que, según que especialidades, es
tan larga que, desgraciadamente, a muchos enfermos les llega demasiado tarde.
El
Dr. Sánchez se propuso llegar a la Moncloa como fuera y ningún obstáculo se lo
ha impedido, ni siquiera que su propio partido lo echara, ni que hubiera obtenido los peores resultados del
socialismo español a cincuenta escaños del Partido Popular.
Nada se lo ha impedido y
parece que nada le va a impedir seguir siendo el inquilino (“okupa” según
algunos) del palacio de la Moncloa, ni
siquiera ese trabajo universitario que le otorgó el doctorado y que, según
informaciones de muchos medios de comunicación, tiene más del veinticuatro por ciento copiado (incluidas faltas de
ortografía) de informes y trabajos ajenos.
Engañó
a propios y extraños diciendo que presentaba la moción de censura para convocar
de inmediato elecciones. Nada de eso, se está dedicando a
resucitar viejas heridas entre españoles, hacer promesas al separatismo vasco y catalán sobre acercamiento de presos (en Cataluña ya lo ha hecho), nuevos estatutos votados en referéndum en
los que se contenga el derecho a decidir sobre la independencia de esas
regiones, la populista exhumación de
Franco y todo lo que Pablo Manuel Iglesias, marques de Galapagar, le
sugiera.
No quedan ahí los
despropósitos. Se debe haber enterado de aquello de que “rectificar es de
sabios” y se ha lanzado sin frenos por
la senda de la rectificación. Hoy no le vendo bombas inteligentes a Arabia
Saudí y mañana si, con un lacito rosa, bombas inteligentes que no matan, según
la ministra portavoz. Hoy apruebo una ley reguladora de la prostitución y
mañana es “un gol por la escuadra” y lo anulo. Saco a Franco del Valle de los
Caídos sucesivamente en Julio, luego en Agosto y ahora, antes de fin de año. Hoy propongo una ley que elimine los
aforamientos y mañana no le sigue ningún partido porque es una chapuza que no
sirve para nada y todo queda en agua de borrajas.
Habla de que va a terminar con el enchufismo y coloca a
su mujer; Begoña Gómez, en el Instituto de Empresa, con unas titulaciones
tan dudosas como su propio trabajo del doctorado.
Lo que sí ha hecho bien, muy bien, es el marketing personal,
con fotos de las manos, con el perro, en el Falcon despachando lo que, sin
duda, eran importantísimas cuestiones de Estado, en concierto veraniego al que
acude en el Falcon que parece que se lo ha traído los Reyes Magos, en la boda
de un cuñado, esta vez con helicóptero oficial, la foto con el “odiado” Trump…
Y
a todo esto la cuestión catalana no prospera. Torras amenaza constantemente al Estado
Español, la sociedad se enfrenta por los dichosos lazos amarillos, no
asiste a los actos a los que acude El Rey, amenaza
con abrir las cárceles para que salgan los independentistas (aunque rectifique
rápidamente), los informes de la Alta
Inspección de Educación del Estado son papel mojado, por mucho que hable del
adoctrinamiento sistemático a que están sometidos los niños y jóvenes catalanes,
como lo fueron, quizás antes, los niños y jóvenes vascos en las Ikastolas. Lo
mejor, dirá Sánchez, es mirar para otro lado, no vaya a ser que se enfade Torra, que ya exige, y hay ministros que
parece que lo ven muy bien, el indulto para los golpistas.
La
justicia belga y la alemana, cuestionan y se ríen de nuestra democracia y de
nuestros tribunales de justicia sin que haya ninguna reacción de nuestro
gobierno como por ejemplo denunciar la Ley de Europea de
Detención y Extradición (Euroorden) pensada y aprobada para “reducir los dilatados procedimientos de
extradición entre los países firmantes”, todo muy bien menos cuando se
trata de extraditar a España, como pasa
con una etarra, un rapero condenado, los golpistas catalanes …y nuestro
gobierno tragando y admitiendo hasta que a un juez español lo juzguen por
denuncia del golpista Puigdemont.
Cien
días que parecen diez siglos. Muchos españoles soñamos,
y tememos al mismo tiempo, las nuevas elecciones, esas que iba a convocar y no
ha convocado y que si el tema “doctorado” sigue por donde va, no tendrá más
remedio que hacerlo. Dimitir y convocar
elecciones será lo que tendrá que hacer
si finalmente se le retira el doctorado por plagio.
Soñamos muchos españoles con
esas elecciones por lo que pueden significar como cambio, siempre a mejor, pero
a la vez tememos que muchos, que aún no se toman en serio esto de las
votaciones, cansados porque hay muchas, prefieren quedarse en casa. Esos españoles deben ser conscientes de las
consecuencias de su pasotismo. Quien no ejercita su derecho al voto no tiene
razones para quejarse del gobierno que salga elegido.
Puso a caldo a Rajoy por los “decretazos”, “eso solo en situaciones
o temas muy excepcionales”, dijo entonces, pues ya supera a todos los
presidentes de gobierno que le ha precedido. Y no solo los “decretazos”,
también sus intentos de anular al Senado
con subterfugios tramposos por que el partido Popular tiene mayoría absoluta y
puede bloquearle. Se cree el rey del mundo y que puede hacer lo que quiera.
Dos ministros ya dimitidos,
Huerta y Montón, y la ministra de Justicia en entredicho por sus reuniones con
el comisario Villarejo y esto parece que no ha terminado. La guerra de los Masters aun dará muchas sorpresas y, como decía un
WhatsApp, cuando se acaben los Masters empezaran a salir los “inglés alto”.
País…
Falcon para conciertos,
helicópteros para bodas de familiares…se creerá que en eso consiste ser
presidente del gobierno, hacer lo que quiere sin reparar en gastos. Lograste lo que querías, ahora vete y el
país te lo agradecerá.
Jose • hace 3 horas
ResponderEliminarEl articulista ha clavado al personaje.En un país sensato este personaje no hubiera alcanzado nunca el puesto que ocupa.Pero ESPAÑA es diferente.Veremos como queda.