Mucho tendrán que cambiar las posturas actuales
de los partidos que han obtenido representación parlamentaria para que Rajoy o
Sánchez logren formar gobierno, lo que se nos antoja, hoy por hoy, una misión imposible.
No voy a repetir, por sabidas, las incompatibilidades que los mismos
líderes políticos han manifestado con toda claridad, algunas es posible que
pudieran rebajarse hasta hacerlas admisibles por el otro partido pero las hay tan importantes y rotundas que no
admiten la menor duda en cuanto a que no van a ser modificadas. Aunque con
estos políticos nunca se sabe.
Podemos y Ciudadanos han puesto las cosas
muy claras: no solo no negociarán nada, sino que cada uno votará en contra de un gobierno en el que tenga presencia el
otro.
El Partido
Popular solo podría intentar gobernar con Ciudadanos, que no está por la
labor, pero con el resto de la Cámara en contra, no saldría.
El PSOE es
difícil que haga reflexionar a Podemos sobre: 1º Suprimir del programa el
referéndum catalán, 2º La Vicepresidencia de Iglesias y el control de los
Servicios de Inteligencia, 3º El Ministerio de Defensa para el que ficharon al
antiguo JEMAD Julio Rodríguez.
Lo que piensa un español no involucrado
directamente en este juego político, lo definió perfectamente en este mismo
periódico el cantautor Joaquín Sabina: “Solo puedo hacer un esbozo de vómito. No me
gusta nada cómo juegan con los sillones los que dijeron que era todo por el
bien común. No me gusta nada esa táctica de mus con un país a punto de salir de
una crisis horrible. Hablo de todos los políticos. La ciudadanía está hasta los
c….s de ellos. Y no me gusta que cada 40 años se revivan las dos Españas”.
Tal como a día de hoy están la posturas de los
cuatro partidos, parece que los únicos
que desean unas nuevas elecciones son los de Podemos, fiados por las
encuestas que les dan votos suficientes para sobrepasar al PSOE, con lo que ese
gobierno propuesto por ellos solo modificaría, intercambiándolos, los cargos de
Presidente y Vicepresidente.
Algunos ex dirigentes socialistas, entre los que
se encuentra el carismático Felipe
González, que parecían formar una barrera infranqueable ante ciertas
demandas de los populistas, sobre todo en lo referente a la integridad
nacional, han moderado su discurso y ven posible el acuerdo PSOE – Podemos,
lo que no suma más que 159 diputados (contando con los parlamentarios de
Compromis, En Mareas y En Comu Podem, lo que tampoco es tan seguro). Tendrían
que recibir los votos de prácticamente el resto de partidos minoritarios.
Cuestión, si no imposible, al menos muy difícil.
Por la otra parte, Iglesias ha empezado a escudarse en “errores
de redacción” en alguno de los puntos de su programa, tras oír los
comentarios de Alfonso Guerra en San
Sebastián, en el acto celebrado en el vigésimo aniversario del asesinato del
militante socialista Fernando Múgica, cuando llama “niños mal criados” a los
dirigentes de Podemos, y se refiere a Pablo Iglesias como “uno de esos adanes que pretenden
que con ellos se inauguró el mundo”, para añadir: "Se permiten, como
una pataleta infantil, identificar al PSOE con el búnker", y censura "su desprecio por la transición" y añade y se reafirma en “nuestro rechazo a la utilización del papel de seda para envolver
los crímenes de ETA”.
Los socialistas, añade Alfonso Guerra,
están para "seguir la senda de
claridad" que marcó Múgica y "desenmascarar
a los equilibristas, a los comprensivos con el horror que fantasean con razones
políticas" y continua: "Hoy
se habla en despachos y periódicos del derecho de autodeterminación, esa fue la
bandera del terrorismo que derramó mucha sangre inocente como la de Fernando".
En este sentido, ha advertido de que se pretende "desvanecer la mancha de su
reivindicación con palabras edulcorantes, y le llaman derecho a decidir pero,
en verdad, lo que se busca es arrebatar el derecho a la democracia y a la
libertad".
Y por si quedaban dudas termina:
"Gente como ellos pervierten las palabras y terminan instalando un gulag
en las sociedades democráticas".
Guerra lo tiene claro y no se mueve
de su posición de partida, pero otros dirigentes socialistas, ante el temor de
que se cumplan las previsiones para una nueva cita electoral, en la que salen
mal parados respecto a Podemos,
prefieren dejar las cosas como están y ceder lo que sea necesario para que
Sánchez sea proclamado Presidente del Gobierno.
Insisto, la moderación de Iglesias y
de los algunos importantes socialistas podría propiciar la alianza de esos dos
partidos, pero aun así, lo veo prácticamente imposible, no salen los números.
Rajoy lo ha dicho en Bruselas: “Habrá
nuevas elecciones”, aunque no sirvan para cambiar mucho el panorama
actual, pero si retrasar el desenlace hasta el verano, añado.