viernes, 20 de octubre de 2017

AGITACIÓN Y PROPAGANDA (AGITPROP)

Publicado en el diario La Razón el viernes 20 de octubre de 2017



¿Cómo un pueblo tan culto y disciplinado como el alemán, pudo seguir como corderos a un asesino como Hitler? Se preguntaba un contertulio de una emisora de ámbito nacional hace escasas fechas. La explicación, que otros compañeros de tertulia le daban, era sencilla: Joseph Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda.

Los populismos se llaman así precisamente porque “es una tendencia política que dice defender los intereses y aspiraciones del pueblo. Muy precisa la puntualización “dice”, el subrayado es mío, lo que no quiere decir que lo hagan, más bien todo lo contrario.

El éxito de estos movimientos requiere la presencia de un líder carismático, que hable y gesticule de forma histriónica, que arrastre a las masas, que las arrastre sin que estas sean conscientes del final del camino por el que le llevan.

El pueblo catalán, por el que todos los españoles sentimos un aprecio sincero y justificado, precisamente por su sentido de la realidad, por su equilibrado pensamiento, por su “seny”, el sentido común tan escaso habitualmente, se ha dejado hechizar por charlatanes de feria sin preparación ni proyecto viable.

¿Qué ha podido suceder en Cataluña para haber llegado a este extremo? Sencillamente, los radicales independentistas, que siempre lo hubo, pero que en ningún momento superaba al quince por ciento de su población, una población masivamente procedente de Andalucía, Extremadura y Murcia, y que en el momento actual cuenta con más de medio millón de emigrantes procedentes de países musulmanes, esos radicales han imitado al nefasto Gobbels, han aplicado la “Ilustración pública” (adoctrinamiento en escuelas y universidades) y la “propaganda”, con una televisión, TV3, y unos medios de comunicación “subvencionados” (comprados) al servicio incondicional de la causa independentista. “Agitación y Propaganda”, la conocida “agitprop” ha dado, una vez más su resultado.

Instrumentos habitualmente propios de partidos y movimientos de izquierdas, como el fenómeno Syrixa en Grecia y Podemos en España, aupado por una televisión privada (no precisamente La Tuerca), con técnicas claramente propias de la “agitprop”, han llegado a alcanzar cotas de votantes impensables, nada menos que cinco millones de votos de Podemos en las generales, han sido empleados durante más de treinta años por el independentismo catalán con los resultados que vemos.

Escenas de niños de no más de ocho años, en una clase de un colegio catalán, representando una parodia en la que El Rey de España, ordena a unos Guardias Civiles matar a los catalanes, la utilización de niños en manifestaciones políticas y tantas aberraciones cometidas en este campo del adoctrinamiento sin que los sucesivos Gobiernos de España hayan hecho el menor movimiento por evitar este tipo de “ilustración pública”, chantajeados por los partidos nacionalistas que les permitían gobernar sin mayoría.

Definitivamente, la batalla de la “propaganda” la ganan los independentistas, se mueven mejor y más eficazmente, dando ruedas de prensa en Bruselas, emitiendo videos en otros idiomas con imágenes de la supuesta represión policial, utilizando incluso imágenes de otros años, otros sitios y otras causas.

¿Por qué los gobiernos de España no emplean los mismos medios y contrarrestan el efecto demoledor en las opiniones públicas y políticos extranjeros de estas mentirosas campañas? Sencillamente, un gobierno serio y responsable no puede mentir, no puede utilizar el engaño y la mentira como argumento, ellos si lo hacen.

Lo que si puede hacer y no hace, es salir a desmentir de inmediato y de forma contundente, con pruebas irrefutables, en los mismos sitios, en los mismos medios extranjeros, en los mismos foros, con rapidez y eficacia para contrarrestar ante la opinión pública el efecto de la propaganda mentirosa.

         La desinformación (“manipulación intencionada de una información para conseguir un fin”) se combate con información abundante, o sobreabundante si es necesario, veraz, con pruebas irrefutables, contundentes y eso, no se esta haciendo.

Se dice, con razón, que el Partido Popular no sabe “vender” sus éxitos, no transmite, no llega a la ciudadanía, no tiene líderes carismáticos creíbles y tiene perdida la batalla de la propaganda.

Lo que si hace su gobierno, estoy seguro, es la labor política y diplomática ante foros y gobiernos extranjeros. El CNI, seguro, transmite e informa a otros servicios de la verdad de lo que sucede en Cataluña. Todo eso es muy importante y tiene su eficacia, esa batalla si sabe ganarla el gobierno, pero treinta años de adoctrinamiento (inmersión lo llaman), sin hacer nada por evitarlo, sin defender a los padres que deseaban otra educación para sus hijos, teniendo en su mano las medidas sancionadoras que podían haberlo evitado, no se contrarrestan solo con diplomacia.
                    
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lunes, 25 de septiembre de 2017

CHANTAJE A ESPAÑA


Publicado en el diario La Razón el domingo 24 de Septiembre de 2017
No es país para cuerdos

La crisis de valores morales, origen de la corrupción política y económica estaba en su punto álgido, era 2012 y publiqué un artículo titulado "No es país para cuerdos". Nada ha cambiado sino a peor. Trataremos, desde aquí, de poner algo de cordura.


Sobre el autor
Jaime Rocha
Jaime Rocha (1942) ingresó en la Escuela Naval Militar de Marín en 1960, centrado gran parte de su labor profesional en la Armada, donde alcanzó su último empleo militar como Capitán de Navío del Cuerpo General, en 1993. Tras ocupar varios destinos vinculados a la Seguridad Nacional y como agregado en distintas embajadas e instituciones españolas acreditadas en el extranjero, se vinculó profesionalmente al sector privado. En el ámbito de la acción social, destacan su actual colaboración como Vicepresidente de la ONGD Madre Coraje de la que es voluntario y delegado en Cádiz. Es Secretario del Centro de Cádiz de la ACdP. Colabora desde 2008, en el Diario de Cádiz y revistas institucionales, como la de Caballeros Hospitalarios, de la que fue director.

Chantaje a España


Amenaza de pública difamación o cualquier otro daño para obtener algún provecho de alguien u obligarlo a actuar de una determinada manera” definición suficientemente evidente, pero que viene aclarada más aún, si cabe, con los sinónimos de chantajista “el que ejerce el chantaje” tan incuestionables como “estafador”, “timador”, “tramposo”.
España entera, millones de ciudadanos, estamos siendo permanentemente chantajeados gracias a una Ley Electoral a todas luces obsoleta, inútil y causantes de situaciones propicias para el chantaje.
Las negociaciones que desembocaron en la Constitución Española de 1978, y el consenso difícilmente logrado por los negociadores, no fue tarea fácil. Conseguir una Constitución aprobada en referéndum por una inmensa mayoría de españoles tiene un mérito innegable.
No se trata de criticar a aquellos políticos de la Transición, todo lo contrario, admiración y agradecimiento eterno.
Nuestra Constitución, refleja la situación de España del año 1978, es decir hace casi cuarenta años, cuando nuestro país salía de un régimen autoritario y se adentraba en el mundo desconocido de la democracia política, de la que no se poseían experiencias especialmente positivas, sino todo lo contrario, durante nuestras dos repúblicas.

El chantaje de los nacionalistas por ayudar a formar gobierno tanto a PSOE como PP, nos ha llevado a esta situación en el que ya no basta con que se les transfieran asuntos vitales como educación, sanidad y seguridad. Ya no quieren más transferencias, ni siquiera más dinero, ahora se trata de abandonar España.

Los independentistas vascos, tras casi mil muertos y miles de heridos, han visto que el terrorismo no es el camino. Lo seguirán intentando, ahora por la vía política, desde dentro de las instituciones, donde ya están. La tolerancia del Estado permitiendo el acceso a quienes hasta hace poco mataban o extorsionaban es de un buenísmo que da miedo.

Ahora, en plena crisis catalana, el PNV, que a cambio de unos millones de euros apoyaba los presupuestos del Estado para 2018, ha visto una nueva oportunidad para el chantaje y ya pide públicamente más dinero, volver a negociar. Del acuerdo alcanzado hace apenas unos días, nada, de la palabra dada, nada, vuelta al chantaje que es la ocasión. Menos mal que a los políticos no se les exige un comportamiento moralmente correcto, no conocen el significado de palabras como honor, lealtad, compromiso, bien común...lo que debería ser su guía de actuación política.
Esa modélica transición española, sin duda la mejor posible en 1978, debería haber sido modificada hace unos años. España de 1978 se parece poco a la de 2000. España está en la OTAN, pertenece a la UE, tiene una moneda comunitaria, el PIB per cápita de 1978 era de 2.006 € y en 2016 son 24.100 €, y a tantas cosas positivas a las que hemos accedido gracias a aquellos políticos ejemplares.
La gestión de aquellos acuerdos es lo que ha ido deteriorándose poco a poco hasta hacerlos inservibles. Las modificaciones adecuadas y a su tiempo que no se han realizado desembocan forzosamente en situaciones difícilmente controlables.
La transferencia a las autonomías, casi siempre bajo la presión del chantaje, de competencias plenas en materia de educación, sanidad y seguridad han convertido a España, de hecho, en una confederación asimétrica muy difícil de gobernar.
De todo eso tienen la culpa los dos partidos mayoritarios que se han alternado en el gobierno de España y que no han sido capaces, cuando podían, de hacer esas modificaciones necesarias para no gobernar permanentemente bajo el chantaje de las minorías nacionalistas.
Aun podrían hacerlo, aun, si hubiera salido adelante la propuesta de acuerdo entre PP, PSOE y Ciudadanos, se podía haber evitado el caos y el desastre al que estamos abocados.
Las ambiciones personales de Pedro Sánchez, (su programa solo era echar a Rajoy y al PP), el escaso o nulo carisma de Mariano Rajoy, que no sabe transmitir y poner en valor sus muchos aciertos, han impedido llevar a cabo esas modificaciones constitucionales una de las cuales, sin duda imprescindible, una Ley Electoral que evite tener que gobernar bajo la presión de los chantajistas, a los que España les importa una higa.








ASESINATOS POLÍTICOS


Publicado en "El DEBATE DE HOY" el sábado 16 de Septiembre de 2017

El valor de la vida humana se ha hecho insignificante, no ya para los fanatizados terroristas o los ofuscados proabortistas, sino para políticos sin escrúpulos para los que todo vale con tal de mantenerse en el poder.

Puede parecer cosa de otros tiempos, del siglo XX tan pródigo en magnicidios, como los dos últimos, de los hermanos Kennedy, John en 1963 y Robert en 1969, cuyas investigaciones, después de más de cincuenta años, no han servido para identificar a los verdaderos autores. (Ni las muertes de Oswald y Rudy están claras). Los asesinatos políticos han existido siempre, más o menos conocidos, los hay y los seguirá habiendo. Ya en nuestro siglo XXI tenemos algunos casos sin resolver que apuntan, sin demasiadas dudas al crimen político.

Cristina Fernández, ex presidenta de la República Argentina, declaró: “lamento la muerte (del fiscal Alberto Nisman 18 enero 2015) como lamento la muerte de cualquier argentino”, como si el caso de este asesinato no le concerniera directísimamente. No olvidemos que Nisman acusaba a la ex presidenta de encubrir a los terroristas iraníes que en 1994 asesinaron a 85 personas pertenecientes a la mutualista judía AMIA. Ninguna responsabilidad ni aclaración de lo sucedido. El fiscal muerto y todo sigue igual. Han pasado apenas dos años y ya ni se habla del asunto. El silencio y el olvido suele ser el final de estos asesinatos.

Vladimir Putin, presidente de Rusia, se pone de perfil, como si no fuera con él, como si nada supiera del asesinato de Boris Nemtsov, el 27 de febrero de 2015. El líder de la oposición paseaba con su novia, la modelo ucraniana Anna Duritska, frente a la catedral de San Basilio, en plena Plaza Roja, en el centro de Moscú, cuando unos pistoleros se aproximaron por su espalda y acabaron con su vida, no para robarle, no por otro tipo de ajuste de cuentas. Sencillamente era un líder muy activo en contra del gobierno y progresivamente ganaba más seguidores. Un peligro. Cinco chechenos fueron condenados pero nada se sabe ni de la motivación o de lo que es más importante ¿Quién ordenó el asesinato?.

“Crimen casi perfecto contra el ex espía ruso Alexander Litvinenko en Londres el 23 de noviembre de 2006”. Así titulaba la BBC la muerte del espía de la KGB, asesinado por dos agentes compañeros suyos, según manifestó el juez del caso: “Estoy seguro de que el señor Lugovoi y Kovtun colocaron el polonio 210 en la tetera”, refiriéndose a los dos antiguos colegas de Litvinenko, con los que se reunión poco antes de caer enfermo y considerados los principales sospechosos por las autoridades británicas, que pidieron la extradición de Lugovoi y que, naturalmente, fue denegada por las autoridades rusas por falta de pruebas.



En ese mismo año, 2006, también fue asesinada la periodista rusa Anna Politkóvskaya, muy crítica con Putin y especialmente en lo referente a la Segunda Guerra Chechena. Fue tiroteada en el ascensor de su casa de Moscú. Livinenko acusó a Putin de su muerte. Apenas tardaron unos meses en asesinarlo a él.

Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, tras el “autogolpe” del 15 de julio de 2016, y las masivas detenciones, amenaza con la implantación de la pena de muerte, “si el pueblo lo pide”. Pueblo que salió en manifestación en defensa de su Presidente y contra los “golpistas” y que le sigue ciegamente. Algunos de los detenidos tienen todas las papeletas para ser pasados por las armas.
No estamos hablando de fanáticos ni de países del tercer mundo, estamos hablando de países desarrollados, a cuyas sociedades se les suponen unos valores morales y un desarrollo cultural y humanístico donde estos crímenes deberían estar desterrados.

Crímenes silenciados

La cuestión es que solamente una parte de esos asesinatos son conocidos por la ciudadanía, bien por la relevancia del personaje o por filtraciones interesadas, pero muchos otros permanecen en el anonimato o sus víctimas se han dado por desaparecidas.
Previsiblemente, las investigaciones de todos estos asesinatos y algunos más, no llevarán a ninguna parte. En estos casos, el poder político y los ejecutores materiales se aseguran de que así sea. Transcurrido un determinado tiempo, sin resultados concretos, los investigadores van dando por cerrado los casos. Solo la presión de la calle o de los más allegados mantiene una cierta vigencia, pero no dura mucho. Los intereses económicos, los de influencia, los nacionales o incluso los personales de muchos dirigentes están el en origen de esa violencia.

Las revelaciones de Wikileaks


La violencia se enseñorea por nuestro planeta y en nuestro propio continente europeo no acaban de asentarse los cambios que sobrevinieron al fin de la Guerra Fría, tras la caída del muro de Berlín del 9 de noviembre de 1989. Tras los cruentos conflictos armados de la antigua Yugoslavia de los años 90, vivimos desde 2014 un nuevo episodio bélico en Ucrania, con la ocupación por el ejército ruso de Crimea y el este del país y cuyo final no se puede prever, pero no apunta  hacia un acuerdo incruento.

Occidente, o para ser más exacto, la OTAN, no reacciona o reacciona tarde y mal, sobre todo por la falta de unidad de criterio de los países miembros No olvidemos que, por ejemplo, Turquía es miembro destacado y cuenta con la tercera aviación militar del mundo. Sus intereses, tras el interminable retraso y las escasas garantías de la Unión Europea en decidir sobre su ingreso, se acercan a las posiciones de Rusia. El conflicto en Siria e Irak contra el Daesh, con el aditamento de kurdos, rebeldes sirios y los ejércitos regulares de Al-Assad e Irak, propician aún más los encuentros entre Putin y Erdogan.

Ucrania, con la previa ocupación sin resistencia de la península de Crimea, puede derivar en dos situaciones: o el regreso de la Guerra Fría, (nuevo escudo antimisiles norteamericano de 47.000 millones de dólares) o una progresión de los intentos de Putin por la  reconstrucción de la añorada Unión Soviética, o peor aún, que ambas situaciones se superpongan retroalimentándose.

La defensa de los Derechos Humanos

Putin, Fernández, Erdogan y otros mandatarios mundiales, como Nicolás Maduro en Venezuela, son algo más que sospechosos de hacer uso de la violencia política para conservar el poder y reprimir cualquier atisbo de oposición, llegando al asesinato de quienes supongan un obstáculo a sus intereses.

Muchas veces son asuntos internos de los respectivos países, pero organismos como la ONU, tan defensora de los derechos humanos en otras ocasiones, debería pronunciarse e intervenir en auxilio de quienes están siendo asesinados. ¿O prima la no injerencia sobre la justicia? ¿Esas vidas no merecen ser defendidas por la comunidad internacional?

A Cristina Fernández le duele la muerte del fiscal que la acusaba de un gravísimo delito tanto “como la de cualquier argentino”, es decir: nada.

viernes, 1 de septiembre de 2017

LA MAYORÍA SILENCIOSA OTRA VEZ

Publicado en el diario La Razón el miércoles 31 de Agosto de 2017

   
                               

          LA MAYORÍA SILENCIOSA OTRA VEZ

                 La historia se repite con machacona tozudez, las experiencias pasadas, propias y ajenas,  duran poco en la memoria colectiva de la sociedad y ya se sabe, como dijo Marco Tulio Cicerón, nada menos que cien años antes de Jesucristo: “quien olvida su historia está condenado a repetirla”.

                Quizás sea aplicable a muchos pueblos de la Tierra, pero desde luego bien nos lo podemos adjudicar los españoles. Para la historia de una nación centenaria como España, al margen de debates sobre Nación – Estado, Nación – Histórica o Nación moderna, siempre entre las más antiguas de Europa, la situación que se vive en nuestro país,recuerda épocas no muy lejanas, épocas que se enmarcan en los preludio de las dos Repúblicas vividas en España y durante estas, sin llegar a los extremos separatistas de la Primera, ni la quema de conventos que precedió a la Segunda.
   
               Digo que la historia puede repetirse, aunque los actores sean distintos, porque los hechos se parecen demasiado. La pretendida proclamación de la República Catalana, prevista por los independentista para el próximo 2 de Octubre, tras la supuesta celebración del referéndum secesionista, cuyos antecedentes en 1641 (Pau Claris), dura exactamente seis días; en 1873 (Estanislao Figueras), dentro del Estado Federal español, dura dos días; en 1931 (Francesc Maciá), dentro de la Federación de Repúblicas Ibéricas termina a los tres días de negociaciones con el gobierno de la república, y 1934 (Lluis Companis), dentro de la República Federal Española, un día, tras proclamarse el “estado de guerra”. Todas tuvieron escaso recorrido. Un factor común a estos hechos históricos ha sido, sobre todo,  la inestabilidad del Estado español.

             Inestabilidad que se hace más patente durante las dos experiencias republicanas.

            La I República (1873 – 1874) no cumple ni los dos años de duración en los que se suceden cinco gobiernos (Estanislao Figueras, Pi y Margall, Nicolás Salmerón, Emilio Castelar y Francisco Serrano). Del proyecto de Constitución, que preveía una Nación Española constituida por 17 Estados, como Andalucía Alta y Andalucía Baja, Castilla la Nueva y Castilla la Vieja, habría para muchos artículos, aunque hablar de esto no sea, hoy en día, políticamente correcto.

          De la II República, (1931 – 1939) que alberga dos intentos secesionistas catalanes, tiene en ocho años de duración, tres de ellos en el exilio, nada menos que viente gobiernos, alguno como el presidido por Augusto Barcia Trelles, solo dura tres días, del 10 al 13 de mayo de 1936, sucede a Azaña (febrero a mayo del 36) y es sucedido por Casares Quiroga que tampoco dura demasiado, hasta julio de ese mismo año. Veinte Gobiernos y doce presidentes.

         No hemos aprendido nada como Nación. Gobiernos centrales en minoría parlamentaria, que han tenido que recurrir sistemáticamente a pactos con partidos regionalistas (devenidos en independentistas) para formar gobiernos a base de sucesivas y mayores concesiones hasta el famosos Estatuto de Autonomía de Cataluña, a todas luces inconstitucional, amparado por el presidente Zapatero (“Apoyaré la reforma del Estatuto de autonomía que salga del Parlamento Catalán”).

         Cataluña, sus cuatro provincias, superaron en participación (67%) y votos afirmativos (91%) la media de España en el referéndum de la Constitución de 1978, mientras le polémica reforma del Estatuto de Autonomía catalán de 2006, se quedó en una participación del 49 por ciento y de ellos un 79 por ciento lo aprobaron. Es decir, de los posibles electores catalanes de entonces, 5.310.000, solamente  2,133,000 lo aprobaron. ¿Donde están  los 3.177.000 que ni se molestaron en ir a votar o lo hicieron negativamente?

        Bien es sabido que los eficaces activistas de la independencia logran movilizar en sus manifestaciones públicas, cadenas humanas y votaciones, a prácticamente la totalidad de sus correligionarios, a los que no les importa, sino al contrario, ir acompañados de niños, adoctrinada juventud en treinta años de inmersión. Pues según las últimas manifestaciones y encuestas  no pasan de 1.700.000 los partidarios de la independencia, en vista de lo cual, en las “secretas leyes” que prepara el Gobierno Catalán (no han sido ni van a ser debatidas en su Parlamento) no se fija un suelo de participantes, es igual, con que vayan cinco y tres voten que si el día 2 se proclama la República Catalana.

        Se quejan muchos catalanes, que se sienten también españoles, del poco apoyo del Gobierno central e incluso del resto de sus compatriotas, como si les hubiéramos dejado “solos ante el peligro” y es posible que tanto pacto gubernamental  del pasado reciente les haya decepcionado, quizás que no se organicen masivas manifestaciones en otras ciudades españolas en contra de los independentistas les da la razón, pero ellos son mayoría en Cataluña y salvo  algunos pequeños y activos movimientos cuidadanos y algunos magníficos periodistas que hacen la guerra por su cuenta,  no se les ve. ¿Estamos otra vez ante la nefasta mayoría silenciosa? Nos jugamos mucho todos. ¿A qué esperamos?

miércoles, 12 de julio de 2017

EL EJERCITO EN LAS RAMBLAS

Publicado en el diario La Razón el miércoles 14 de Junio de 2017




                    EL EJÉRCITO EN LAS RAMBLAS

         Dios no lo quiera, ojalá el Gobierno español no se vea en la tesitura de decretar el nivel de alerta 5, el máximo previsto en nuestra normativa de seguridad.

         En esta lucha contra el terrorismo yihadista, ese enemigo que nos ha llevado a la tercera guerra mundial, el protagonismo defensivo solo corresponde a las Fuerzas Armadas cuando los responsables de defendernos del terrible enemigo, estiman que se ha llegado a una gravedad extrema de la situación, cuando tienen la casi certeza de un atentado inminente y masivo, del que siempre se desconoce el lugar, la hora y las siempre imprevisibles y terribles consecuencias.

         Algunos países europeos que han sufrido más recientemente el zarpazo cobarde del terror, hace tiempo que decretaron el máximo nivel de alerta. Quien haya tenido ocasión de viajar a Italia, Bélgica o Francia recientemente, habrá podido comprobar (en Italia desde hace años) como militares patrullan, incluso con el uso de tanquetas, en aeropuertos y lugares de concentración masiva de ciudadanos y, por supuesto, instalaciones estratégicas como depósitos de agua potable, centrales eléctricas, etc.

Esa presencia del ejército en la calle es asumida por los ciudadanos con la mayor naturalidad, sabedores de que la misión de estos soldados fuertemente armados, con protecciones personales al máximo posible, es defenderlos de un más que posible ataque terrorista cada vez más imprevisible.

El terror ha descubierto armas baratas y difícilmente detectables como camiones, furgonetas o simples cuchillos de cocina, con los que cusan muertes y heridas de forma indiscriminada, en horarios de mayor afluencia y en lugares insospechados.

Decía al principio que ojalá no ocurra, que Dios no permita que nuestro país, España, se vea amenazado más de lo que ya lo está y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, junto con el CNI, recomienden al Gobierno, elevar al nivel máximo la alerta contraterrorista.

Entonces, si llegara el caso, veríamos a nuestros soldados de fuerzas especiales, de la Legión, de Infantería de Marina, paracaidistas y aquellos que ya han tenido la difícil experiencia de Afganistán, Líbano, Somalia y tantos otros lugares, donde la presencia militar española es altamente valorada, patrullar, a pie o en vehículos blindados, por la Castellana de Madrid, las Ramblas de Barcelona, los aeropuertos de más tráfico del Estado o estaciones de ferrocarril como Atocha o Sants.

        Aquí, en España, como en Italia o Bélgica, la presencia en las calles de nuestro ejército, lejos de inquietar, tranquilizaría a los ciudadanos, una tranquilidad siempre relativa y consciente del peligro, pero con un efecto, desde mi punto de vista muy positivo, la concienciación colectiva de que existe un enemigo común y peligroso contra el que todos debemos luchar, desde la prevención al enfrentamiento.


       Claro que héroes, como nuestro Ignacio Echeverria, no abundan, aunque conociendo bien a los españoles, no descarto nada.

GOLPES DE ESTADO BUENOS Y MALOS

Publicado en el diario La Razón el jueves 13 de Julio de 2017

                GOLPES DE ESTADO BUENOS Y MALOS
                                                                Jaime Rocha C.N. (R) Ex Agente CNI




Todo es tan relativo, todo es tan dependiente de las circunstancias que lo rodean, que no pueden establecerse de forma axiomática definiciones que luego se prestan a interpretaciones varias.

Hablábamos en la tertulia de una emisora de televisión sobre mi artículo “Memoria Histórica para todos· (La Razón – 23/05/17) http://www.larazon.es/blogs/politica/no-es-pais-para-cuerdos/memoria-historica-para-todos-BG15207512  y defendía yo el derecho de los que lucharon en el bando “nacional” a recuperar también los restos de sus antepasados enterrados en fosas comunes, aquellos que fueron “paseados” o ”interrogados” en las checas inventadas por el asesor de la II República, el ruso Alexander Orlov.

No lo veía así una de mis interlocutoras, portavoz del partido Podemos, quien aducía que los restos que ellos buscan pertenecen a las víctimas de un “Golpe de Estado”, es decir, la toma por la fuerza del poder político contra un gobierno legalmente constituido. No entendía que todos, de un bando y otro, muy mayoritariamente eran víctimas de una Guerra Civil, la mayor catástrofe para un país que enfrenta a hermanos contra hermanos, causa muchas víctimas y fomenta el odio entre compatriotas.

Para la joven izquierda española de 2017, “golpe de Estado” solo es tal si lo dan fuerzas que llaman conservadoras (en contraposición con los progresistas, que son ellos), y no lo es si lo protagoniza el pueblo soberano como en Francia, Rusia, Cuba…”El cielo no se toma por consenso sino por asalto” dijo Pablo Manuel Iglesias en el Congreso de su partido, parafraseando a Karl Marx. Ese supuesto asalto a los cielos no sería tampoco un “golpe de Estado”, según dicen, solo sería la toma del poder por el pueblo a quien le corresponde. Vamos, hecho a la medida.

Un “golpe de Estado” no siempre tiene que derivar en una “guerra civil”, como ocurrió en el 36 en nuestra patria, o en el paso masivo por la guillotina, como ocurrió durante la Revolución Francesa, por el contrario podría hasta ser incruento como, por ejemplo, en la Checoslovaquia de 1989. Por el contrario, unas elecciones “legales” ganadas en buena lid, pueden terminar en una guerra, como el triunfo electoral de Adolf Hitler termino desencadenando la gran tragedia de la II Guerra Mundial.

¿Quién en su sano juicio, quién que sea consciente de la verdadera situación de la República de Venezuela y el empecinamiento de su presidente Nicolas Maduro en mantener un régimen asesino, no abogaría por un “golpe de Estado” que le derrocara? Estaríamos hablando de un “golpe de Estado” necesario, bueno para los venezolanos que recobrarían sus libertades.

La historia de la humanidad está plagada de “golpes de Estado”, desde la Roma de antes de Jesucristo hasta nuestros días. No solo la Primera República francesa, también la segunda fue fruto de un “golpe de Estado” y no digamos de la revolución rusa conocida como la “revolución de octubre” de 1917, liderada por Lenin y que terminó en un baño de sangre.

Abundantes ha sido en Europa (Francia, Rusia, España, Polonia…) pero también en prácticamente todas las repúblicas hispanoamericanas, y en algún país asiático…Lo que ocurre ahora en España es que parece que el único “golpe de Estado” que ha existido ha sido el del General Franco y que solo este ha derivado en guerra civil y posterior dictadura. Ignorar la historia tiene el grave inconveniente de que es fácil repetirla.

En la España de hoy, la historia políticamente correcta, la que enseñan en las escuelas, es que Franco se sublevó contra un gobierno legítimamente constituido, contra un régimen, la II República, ejemplar en todos los aspectos, un país en paz y armonía, con un nivel de desarrollo económico y democrático que Franco y su golpe destrozaron y nos llevó a la sangrienta guerra civil.

Según enseñan, al “Golpe de Estado” siguió una Guerra Civil, y cuarenta años de una terrible dictadura donde se represaliaba y asesinaba legalmente a los adversarios políticos. Esa es la historia que se cuenta y que muchos jóvenes españoles se han creído a pies juntillas. Para nada les hablan de la situación social y económica de la II República, del bienio negro, de la Revolución de 1934 en Asturias, la quema de iglesias, algaradas callejeras y asesinatos políticos.

“Golpes de Estado” ha habido protagonizado por militares, por civiles, de la derecha política, o de la izquierda…toda una variedad, pero hoy, para la clase política española, solo son “buenos” los dados por revolucionarios en nombre del pueblo, revolucionarios como Fidel Castro en Cuba, perpetuado como presidente hasta que las fuerzas físicas le han abandonado, habiendo convertido la presidencia de la república en una dictadura hereditaria, del más puro estilo norcoreano.

“Golpes de Estado” malos o buenos según quien lo protagonice, según si va seguido de una guerra civil o no, según sean las “derechas reaccionarias” o las “fuerzas populares progresistas” quienes lo propicien. No importa la situación social y económica del país. Sin embargo el origen de un “golpe de Estado” casi siempre tiene su “justificación” en crisis económicas, en el desorden institucional, en el abuso de poder, o en la corrupción de la clase política.


En España, la derecha acomplejada se ha abstenido de hablar de la realidad, de la verdadera situación de la II República cuando se produce el “golpe de Estado”. Ahora, por fin, empiezan a aparecer artículos como “¿Por qué avergonzarse de ser hijo de los que ganaron la Guerra Civil?” de Salvador Sostres el 1 de Mayo de 2017 en ABC y editoriales de medios de comunicación que narran una realidad hasta hace poco oculta, vergonzosamente oculta.                                                    

lunes, 29 de mayo de 2017

VÁYASE MAJESTAD !!!

Publicado en el diario La Razón el lunes 29 de Mayo de 2017


                                                
                                               ¡¡¡ VÁYASE  MAJESTAD !!!

Desde el máximo respeto y cariño: VÁYASE MAJESTAD !!!. No nos haga pasar más vergüenza a los españoles en su persona, aguantando estoicamente insultos, pitadas y faltas de respeto a Su Majestad y por ende a todos los españoles.

Esto no pasa en ningún país civilizado del mundo donde también existe la “libertad de expresión” aunque debe tratarse de otra versión, porque hay libertad, sí, pero no para insultar, faltar al respeto o agredir verbalmente al prójimo. En Francia, todos lo saben, el Presidente de la República François Mitterrand, en un partido internacional Francia – Argelia, en cuanto empezaron los pitidos a la Marsellesa, no solo se marchó sino que se suspendió el partido. No ha vuelto a producirse ninguna otra vez. No será porque en el país vecino no se respete la libertad de expresión, que en esta España decadente, desde el punto de vista moral y de respeto a los demás, ampara demasiadas cosas negativas (daría para otro artículo enumerarlas).

Váyase Majestad y ordene que se suspenda el partido y cada uno a su casa con silbato incluido donde le quepa. Ya son muchos años, muchas repeticiones de un mismo hecho bochornoso, vergonzoso, inadmisible.

              Y de paso váyase también usted Sr. Villar, pero a su casa. Ya son muchos años y de aquel Villar que conocí en Praga recién elegido en los primeros 90, tímido, inseguro y sin apenas saber cómo hablar en público, a este de hoy que ha aprendido demasiado, y es elegido a la búlgara elección tras elección. Aquí nadie chista y manda quien manda. Muy bien, pues emplee esas dotes de mando para defender a todos los españoles de esa panda de energúmenos (es lo más suave que se me ocurre para no incurrir en el insulto) y al primero de todos a S.M. El Rey, aunque bien podía defenderse solo y de paso a todos nosotros, simplemente abandonando el estadio.
         Suspendido el partido, los equipos cuyos aficionados nos hayan faltado al respeto al Rey y a todos los españoles, naturalmente en uno o dos años, no volverán a jugar una competición que patrocina la Federación ESPAÑOLA de Futbol y que preside S.M. El Rey de ESPAÑA.
         Si no nos quitamos los complejos, si no nos hacemos respetar unos a otros, la convivencia nunca será posible. Si los españoles que son socios o aficionados a esos equipos de futbol no ponen pie en pared, no dicen ¡ Basta Ya ! y son ellos, la masa social de esos clubes, los primeros que tienen  que exigir respeto para ellos mismos y para el resto de los españoles. Por las buenas o por lo económico, o por dejar de asistir a su estadio o cualquier otra medida de presión hasta lograr la cordura de sus dirigentes y aficionados exaltados y mal educados.
         La cosa es muy sencilla: O nos respetamos todos o esto, esta sociedad, terminará muy mal, no es posible la convivencia desde el odio. Además, si los hechos ocurrieran al revés, si los españoles de bien, los educados y respetuosos con lo ajeno, pitaran su himno, insultaran a su bandera o prohibieran la presencia de sus símbolos deportivos en otros estadios de España, les aseguro que no permanecerían impasibles.
         El F.C. Barcelona se negó a jugar en su estadio el partido de vuelta de semifinales de la Copa del Rey en la temporada 1999 – 2000, alegando ausencia de jugadores del primer equipo que estaban jugando con sus respectivas selecciones. Para no ser sancionados con la exclusión de la competición de copa la siguiente temporada, sacaron un improvisado equipo de 10 jugadores y tras los saludos se retiraron del campo, dando por perdida la eliminatoria.
         Hay antecedentes de suspensión de partidos por esa u otras causas y los árbitros españoles tienen órdenes de suspender el partido si hay muestras de xenofobia en el comportamiento del público, insultos a jugadores negros o faltas de respeto graves a los jugadores.
         A los jugadores no, pero a S.M. El Rey de todos los españoles, lo quieran esos descerebrados o no, a él si se le puede faltar al respeto. ¡No lo consienta Majestad, antes váyase y evítenos la vergüenza!




                     

martes, 23 de mayo de 2017

MEMORIA HISTÓRICA PARA TODOS

Publicado en el diario La Razón el martes 22 de Mayo de 2017

                               MEMORIA  HISTÓRICA  PARA  TODOS

       Un magnífico artículo publicado en un diario de tirada nacional por el brillante y joven periodista Salvador Sostres, leído más tarde en un programa de radio de la máxima audiencia, corre por las redes sociales como la pólvora, su título, un poco largo pero muy clarificador: “¿Por qué avergonzarse de ser hijo de los que ganaron la Guerra Civil?.

         No voy a revelar su contenido, solo me permito reproducir un párrafo: “Los políticos de la derecha tendrían que curarse del complejo antifranquista. La clase política del franquismo fue brillante y seguramente la más culta y preparada que hemos tenido en siglos. Nadie tiene que avergonzarse de haber sido ministro de Franco, o de que su padre o su abuelo lo fueran.
        
         Sostres sigue con unas comparaciones que les voy a ahorrar. Mi padre, como muchos jóvenes que el 36 apenas superaban los 20 años, estudiaba una carrera civil, su vocación no era la milicia. Estalla la guerra y es movilizado y enviado al frente donde fue herido dos veces. Terminada la trágica contienda entre hermanos, truncados sus estudios, se acoge a una oportunidad e ingresa en la Academia de Artillería de Segovia.

         Era yo un niño, pero recuerdo perfectamente, con todo lujo de detalles, cuando a mi padre, por turno, le confiaban la defensa de algún detenido del “maquis” (Organización guerrillera antifranquista que, acabada la guerra civil española, se mantuvo activa en grupos aislados en las zonas montañosas y rurales españolas).”El maquis” no desapareció hasta 1950, aproximadamente.

          Les aseguro que hacia todo lo posible para salvarles la vida, se dejaba las pestañas estudiando y repasando códigos y leyes. He visto a familias de miembros del maquis fusilados agradecerle lo que a ellos les constaba que había hecho por salvarlos. Naturalmente, el maquis, como guerrilleros que eran, bajaban de la montaña para robar, asaltar en los caminos y luchar contra el ejército regular, muriendo y matando. Era una guerra de guerrillas con todos los aspectos negativos que conlleva.

         Todas las guerras son malas, son el fracaso de la diplomacia, cuando se trata de distintos países, o de la política, cuando se trata de un conflicto civil. Existen desde que el ser humano puso sus intereses personales o colectivos en contraposición con los de otros grupos, es decir, desde el principio de los tiempos.  De todas las modalidades de guerra, la peor, sin duda, es la guerra civil. Han existido y aún existen en cualquier parte del mundo, las hubo en USA, Rusia, Francia, México, las guerras carlistas españolas y, por supuesto, la de 1936 entre otras. A lo largo de la historia humana, se han producido durísimas guerras civiles en todo el planeta.

         Siendo así, siendo un desgraciado suceso que causa tremendas heridas en las sociedades que las sufren, la convivencia, el perdón, la reconciliación deberían ser los objetivos inmediatos y profundos para reconstruir lo destruido y de hecho así suele suceder. ¿Quién recuerda en Rusia la revolución de 1917? ¿O la de Estados Unidos de Norteamérica de 1861? ¿O la revolución francesa? ¿O nuestras guerras carlistas?

         Escribí en 2010 “Las dos Españas” (http://jaime-rochalaquintacolumna.blogspot.com.es/2012/06/las-dos-espanas.html ) y lo ilustraba con los dos hermanos Machado, como un mal permanente que nos impide una convivencia civilizada. En la historia reciente de España, en la que empieza en los comienzos del siglo XX, se suceden alternativamente situaciones políticas de dictaduras, monarquías, repúblicas, golpes de Estado (así en plural) y, lo que fue un ejemplo para el mundo, la transición pacífica de la dictadura a la democracia.

         Volver la vista atrás solo nos llevará a repetir situaciones no deseables, como muchas de las mencionadas. Hasta los propios protagonistas de la repúblicas reconocieron (era tan evidente y grave) el fracaso que supuso la primera, con cambios continuos de gobierno y declaraciones de guerra entre regiones y ciudades, (“Viva Cartagena”) o la segunda con la revolución de Asturias de 1934 y muchísimas cosas más que aquí no caben.

         Cuando la transición democrática había logrado paliar, o reducir a mínimos, esos enfrentamientos, llega la “España de la autonomías” y descentraliza hasta lo inimaginable, empezando por la educación, como cuestión más grave, que propicia el adoctrinamiento y consecuente radicalización de los jóvenes, siendo utilizados políticamente por grupos separatistas, con terrorismo incluido o no, hasta lograr en un periodo de apenas 30 años una masa crítica de separatismo en sus sociedades.

         Por si no era suficiente, aparece, de la mano del presidente Zapatero, una “Ley de Memoria Histórica” absolutamente partidista, solo para una parte de los contendientes de la guerra civil. La otra parte, la que ganó la guerra, que también tiene sus muertos, torturados y ejecutados en cunetas o checas, la sociedad, de vencedores y vencidos, que fue capaz de levantar al país absolutamente destruido a los niveles de los que disfrutábamos en 1960, y a la entrada en organismos internacionales, de esa, de esa no se puede ni hablar. Pronto nos obligarán a que pidamos perdón por ser hijos de militares que ganaron la guerra. ¿Quieren memoria? Muy bien, pero la completa, no una parte. Memoria histórica para todos. Ya va siendo hora de poner las cosas en claro.


martes, 25 de abril de 2017

LA JUSTICIA ESPAÑOLA ESTA OBSOLETA

Publicado en el diario La Razón el martes 25 de Abril de 2017                                               




         
                No soy yo quien lo dice, Dios me libre, es nada menos que el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Lorenzo del Río, en su Memoria Anual correspondiente a 2016 que presentará en breve.

         Lorenzo del Río, que fue elegido para el cargo en 2011, estuvo anteriormente como presidente de la Audiencia Provincial de Cádiz algo más de diez años, es, sin lugar a dudas, una persona que conoce muy bien esa organización a la que califica de obsoleta.

Del Río es partidario de un cambio radical organizativo, y aboga por establecer “oficinas comunes en penal, civil y ejecutoria”, “un trabajo más colegiado”, “lo demás es perpetuar un déficit organizativo” para terminar añadiendo: “Al final estas oficinas comunes son las que van a solucionar y dar mejor justicia, porque no podemos siempre pensar en esa solución implementarista de que faltan más jueces y más funcionarios”

En muchas ocasiones, jueces, funcionarios y políticos han reconocido públicamente estos y otros defectos congénitos de la justicia española, entre ellos y como más destacado, la exasperante lentitud en todas las etapas del proceso, desde la instrucción del sumario, las investigaciones y toma de declaraciones a las partes y testigos, y las distintas vistas orales, según los recursos a los que se tenga derecho.

José María Michavila, secretario de Estado de Justicia del Gobierno del PP, y Juan Fernando López Aguilar, secretario de Libertades Públicas y Desarrollo Autonómico de la ejecutiva federal del PSOE negociaron por única y excepcional vez en nuestra democracia, un Pacto de Estado para la Reforma de la Justicia, nada menos que hace 17 años, en mayo de 2001, pero tampoco sirvió para nada, a pesar de haber superado fuertes discrepancias iniciales, como el nombramiento de los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a la que ningún partido quería renunciar.

De la desorganización y falta de coordinación da muestra el hecho, real, de que un juez ponga en libertad a un detenido cuando la misma persona estaba siendo reclamada por otros juzgados ubicados en el mismo edificio. De la lentitud con la que funciona podemos poner algún ejemplo igualmente real y vivido por quien esto firma. Un documento puede tardar, en el mejor de los casos y forzando la situación, seis meses de pasar de un despacho al de al lado, o el informe solicitado a un fiscal tardar años en producirse.

Siempre cuento un caso que leí y que ocurrió en una zona rural de Cataluña. Unos propietarios de fincas agrícolas fueron expropiados para hacer unas instalaciones de una empresa de electricidad. Alguna irregularidad se había cometido porque los propietarios expropiados ganaron finalmente el pleito, dieciocho años más tarde, cuando la mitad de ellos había fallecido

Organización obsoleta, funcionamiento lento, descoordinación entre juzgados y organismos de justicia, sistema informático anticuado e ineficaz, falta de funcionarios y jueces y una politización a la que ningún partido quiere renunciar no pueden llamar a lo que hacen justicia, será otra cosa, pero ¿justicia?

martes, 11 de abril de 2017

AMÉRICA FIRST !!!

Publicado en el diario La Razón el martes 11 de Abril de 2017


                                             

                                                       AMÉRICA  FIRST !!!!  

         Ni los más fervientes seguidores del presidente norteamericano Donald Trump, tenían idea clara del alcance de su slogan de campaña: ¡América First ! (América Primero), pero han bastado solo dos meses para comprobar de lo que es capaz este nuevo inquilino de la Casa Blanca, para constatar que iba completamente en serio: “Primero USA” y luego todo lo demás.

         Romper acuerdos de cooperación o comercio internacionales, bombardear una base militar siria o enviar una potente flota a las costas de Corea del Norte, son acciones ya realizadas pero que todo indica que son solo el principio de un desarrollo presidencial que tendrá sobrecogido al mundo entero.

         En estas mismas páginas escribí una esperanzadora crónica, el 18 de noviembre de 2016, titulada “El lado positivo de Trump” donde optimistamente decía: “Como todo no podía ser tan malo, algo bueno, desde mi punto de vista, traerá la llegada de Trump a la Casa Blanca: Su conocida amistad con Vladimir Putin puede tener, si no se estropea, dos efectos importantes, uno la distensión de una amenazante vuelta a la guerra fría y dos, la acción conjunta contra el DAESH”.
         
         Pues la tal amistad entre Putin y Trump se ha deteriorado, o nunca ha existido porque, salvo el aviso previo para evitar víctimas entre las tropas rusas desplegadas en la zona de la base siria bombardeada, todo lo demás no son gestos de amistad precisamente, hasta el punto de que la reacción rusa no sea hecho esperar y ya hay en el Mediterráneo un despliegue importante de buques de guerra rusos.

         Si ha existido, si es cierta la injerencia de los servicios de inteligencia rusos en la campaña electoral y posteriores elecciones norteamericanas, para favorecer a “su amigo” Trump, me temo que esa amistad ya ha terminado, ya no lucharán codo con codo contra el DAESH, porque Trump quiere terminar, de paso, con el régimen de Al-Assad, mientras Putin le defiende y apoya en su lucha contra los rebeldes que pretenden derrocarle.

         Trump construirá su muro con Mexico, y hasta es posible que acaben pagándolo los mexicanos, obligará, ya lo está haciendo, a los aliados europeos de la OTAN a incrementar el gasto militar y poner en los conflictos no solo armamento, sino contingentes más numerosos que hasta ahora, hasta el punto de que ya hay países que van a volver al servicio militar obligatorio, de más o menos duración, y otros lo están estudiando.

         ¿Dónde nos llevará todo esto? Difícil predecir un futuro inmediato de Europa cuando en Siria, Irak y Libia se está combatiendo turcos contra kurdos y yihadistas, americanos y aliados (estos menos por el momento) contra Al-Assad y yihadistas, rebeldes sirios contra Al-Assad y rusos contra el DAESH y rebeldes sirios.

         La esperanza está puesta en que Putin y Trump retomen las buenas relaciones (si alguna vez las hubo), sean capaces de volver a convocar las conversaciones de paz sobre Siria y acaben juntos con el DAESH. La situación turco/kurda y la permanencia de Al Assad serian temas “menores” dejados para más adelante.

         A menos que, como ha pasado, vuelvan a aparecer las armas químicas, lanzadas desde el aire, según algunas versiones de los afectados y que parece corresponderse con la realidad, puesto que simultáneamente fue bombardeado el único hospital infantil que quedaba en la zona, o la versión de Al- Asad de que se trataba de unos depósitos en zona rebelde que su aviación bombardeo, desconociendo su existencia, lo que provocó más de ochenta muertes por gas, de los que buena parte eran niños, que provocó la reacción inmediata de Trump y en la que no quisieron participar los aliados occidentales, la OTAN o la ONU.

         Los acontecimientos se suceden con tanta rapidez que ya ocupan la primera plana las bombas contra los cristianos coptos de Egipto, con más de 50 muertos y el fallo de un explosivo que podía haber aumentado considerablemente el número de víctimas. Todo en vísperas de la visita del Papa Francisco a ese país.

         Esta guerra, a la que hay que llamar por su nombre, solo acabará con la destrucción o rendición total del enemigo, como todas las guerras, y el enemigo común es el yihadismo. ¿Tan difícil es de entender por los políticos occidentales? El buenismo, la alianza de civilizaciones y todas esas iniciativas integradoras de buena voluntad solo logran reforzar al enemigo y alargar el conflicto, eso y que nadie escarmienta en cabeza ajena, por muy próximas que sean las víctimas. Asuman de una vez que estamos en guerra y actúen en consecuencia.

viernes, 31 de marzo de 2017

LOS LIMITES DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Publicado en el diario La Razón el jueves día 30 de Marzo de 2017

                                                   

LOS  LÍMITES  DE  LA  LIBERTAD DE  EXPRESIÓN


Lo hemos dicho hasta la saciedad: el límite de la libertad de expresión lo pone, o lo debería poner, la educación, es decir, el respeto al prójimo.

Sin embargo, un día sí y otro también, nuestros políticos, esos que dicen que nos representan, elegidos para que defiendan nuestros intereses, nos dan pésimos ejemplos de ese respeto al oponente.

Bien de palabra en el debate político o por escrito en las redes sociales, los insultos, las amenazas, las expresiones zafias y groseras se han instalado en el lenguaje normal. Alguno, como Pablo Iglesias, hace alarde de su mala educación leyendo en el Congreso una relación de expresiones soeces. Se ha abierto la veda, ya todo vale. Y estos son los que deberían darnos ejemplo.  Por hacer y decir lo que hacen y dicen (incluidas las groserías), les pagamos muy buenos sueldos. No tienen vergüenza.

Esto no ha empezado ahora, lleva ya unos cuantos años de preparación, de ir ganando pequeñas escaramuzas hasta la batalla final. La perversión del lenguaje, inocente, si se quiere, el “nosotros y nosotras”, “periodistas y periodistos”, “jueces y juezas” y “músico y música” dichos con exquisito cuidado de no omitir a ningún sexo (perdón, género), ha ido calando en algunas capas de la sociedad, sobre todo en los más jóvenes (y jóvenas).

Una ley hecha para luchar más eficazmente contra el terrorismo, sus actividades, sus organizaciones, y su apología, que no ha sido muy bien acogida por la oposición y los movimientos sociales de izquierdas, bautizándola con el nada original nombre de “ley mordaza”, y atribuyéndole algunas disposiciones que en realidad no contiene o son mal interpretados, parece hoy por hoy el único límite a ciertos chistes y expresiones en las redes sociales de las que son objetivo las víctimas del terrorismo..

En ese uso descontrolado de las redes sociales, algunos de esos jóvenes (o no tan jóvenes) han pasado todas las líneas rojas que se nos puedan ocurrir y hacen chistes malos y macabros sobre víctimas del terrorismo. Si la ley castiga la apología, naturalmente ¿Qué es sino hacer chistes y bromas en el que el objeto de la burla es la victima?

¿Podríamos decir que esa ley antiterrorista supone un límite a la libertad de expresión? Pues en cierto modo y para determinados asuntos, los relacionados con el terrorismo, desde luego que sí, pero el amplísimo campo de la mala educación no queda encuadrado solo en ese asunto, sino que se extiende a cualquier actividad humana, estudiantes con profesores, hijos con padres, jóvenes con ancianos, pacientes con médicos,…algo impensable solo hace unos años.

Los que tuvimos la desgracia de educarnos en un régimen opresor y dictatorial, con unos profesores que no eran nuestros colegas (tampoco nuestros padres lo eran) y temíamos los castigos o incluso de vez en cuando algo más que un cachete, y ni por asomo disponíamos de los medios de comunicación o entretenimiento de ahora, nos sentimos, en cierto modo, culpables de no haber sabido transmitir a las generaciones que nos han seguido, un mínimo de aquellos valores que con tanta “dureza” nuestros padres lograron transmitirnos. La cuestión es que la cosa va a mucho peor. ¿Quién pone ahora los límites a tanto exabrupto?