viernes, 20 de diciembre de 2019

LOS ESPÍAS ROMÁNTICOS


            Publicado en La Razón el 20.12.2019




            Quedarán, casi exclusivamente, como un estilo literario, ciertamente muy importante pero falto de actualidad. La guerra cibernética es, hoy por hoy, la principal actividad de los servicios de inteligencia y contrainteligencia a partes iguales, según sea para actividades de espionaje sobre objetivos determinados o en oposición a las actividades realizadas o pretendidas por servicios extranjeros sobre objetivos a proteger.

          Para quienes hemos vivido en primera línea la Guerra Fría entre la OTAN o el Pacto de Varsovia, no solo en el escenario europeo, y hemos conocido de primera mano el trabajo arriesgado, eficaz e importante de “agentes operativos”, tenemos que lamentar tan sensible pérdida.

Hoy se espía desde despachos dotados de los más modernos sistemas informáticos apoyados por satélites espías, drones, cámaras de reconocimiento facial y técnicas de hackeo o se influye sobre procesos electorales o cualquier conflicto social mediante “fake news” (noticias falsas) de una técnica tan depurada que son fácilmente admitidas como verdaderas por el público objetivo.

El “fenómeno” no es nuevo. Hace ya varios años que nuestro servicio de inteligencia, el CNI, tiene adscrito el Centro Criptológico Nacional (CCN) que tiene por misión proteger nuestras comunicaciones de todo tipo de acciones perturbadoras exteriores. El CCN emite informes de alerta sobre estas acciones perturbadoras procedentes de otros actores cuyos intereses son opuestos a los nuestros y tratan de perjudicar nuestra economía, nuestra convivencia o nuestros intereses empresariales en beneficio de los propios, a la vez que trata también de solucionar los problemas que estas acciones originan, como lo sucedido recientemente con el sistema informático del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera o el “procés” de Cataluña.

Me comentaba un compañero recientemente que antes “éramos espías y ahora somos burócratas”, lo que refleja con mucha realidad la evolución de los servicios de inteligencia que han pasado, en un muy importante tanto por ciento de su actividad, de la adquisición de inteligencia por medios humanos (Humint) o la inteligencia de señales (Sigint) a la Osint descrita más arriba.

¿Quiere esto decir que ya no son necesarios los agentes operativos en un servicio de inteligencia? Desde mi punto de vista sí que lo son, quizás con misiones distintas, en muchos casos más que para la adquisición de información, lo son para comprobación de la veracidad de las informaciones obtenidas por otros medios y como certificación de lo ya sabido.

No conozco los planteamientos actuales de los servicios de inteligencia para prevenir las actividades de grupos terroristas o criminales contra la seguridad de sus cuidadnos o sus insertes, pero no se me ocurre ninguno más eficaz que las infiltraciones en esas organizaciones criminales. Más difícil y arriesgado sin duda, pero insustituible por medios técnicos por muy avanzados que sean. Siempre según mi subjetiva opinión, claro.

  

miércoles, 11 de diciembre de 2019

LA ESPAÑA DE LAS NACIONES


     



Ni ellos mismos lo tienen claro. Quienes reclaman una España multinacional no saben contestar a la pregunta de ¿Cuántas naciones hay en el Estado Español? ¿17? ¿Tantas como autonomías? ¿Solo tres, Cataluña, País Vasco y Galicia? Y los demás ¿Qué somos, apátridas?

¿Qué hacemos con Aragón que como reino incluía al condado de Barcelona? ¿O el Reino de Valencia y su lengua, más antigua que el catalán? ¿Y nosotros los andaluces y Al Andalus que era prácticamente toda la península y duró siete siglos?

      Realmente es que tampoco tienen muy claro, más bien al contrario, lo que es una nación. Lo que, sea lo que sea, tampoco nunca han sido. O sea que de reclamar derechos históricos nada de nada.

          Supongamos que una mayoría cualificada de catalanes, pongamos los tres quintos, es decir unos cuatro millones doscientos mil catalanes, desearan independizarse del Reino de España y legítimamente lo plantearan en la Cortes Españolas, tal como hizo en su momento el lendakari Ibarretxe y que fue rechazado por el Congreso de los Diputados el 1 de febrero de 2005, después de que hubiera sido aprobado por el Parlamento Vasco por 39 votos a favor sobre 75, es decir apenas el 52 por ciento de los parlamentarios vascos.

          No ignoran quienes propugnan estas independencias, disfrazadas de “derecho a decidir” que no hay país democrático en el mundo, y no digamos otros tipos de gobierno, donde ese supuesto derecho exista. Circula por las redes sociales una reciente entrevista de un periodista del TV3 que, sin duda buscando una complicidad del exiliado presidente de Bolivia Evo Morales, le pregusta si vería legítimo que una parte de Bolivia se declarase independiente. La respuesta del populista presidente boliviano no ofrece lugar a dudas: “Independencia, jamás”. La cara del periodista de TV3 todo un poema.

          Los españoles hemos superado el periodo más largo de democracia en toda nuestra historia, cuarenta años  de paz social y progreso económico, no sin dificultades ciertamente, muchas de ellas debidas a crisis económicas internacionales, nos hemos incorporado a las instituciones internacionales más democráticas y prestigiosas jugando un papel importante, nuestra economía está entre las primeras del mundo, nuestros deportistas individualmente y en equipo logran éxitos internacionales, nuestras fuerzas armadas, más de dos mil quinientos soldados,  están desplegados por todo el mundo en más de dieciséis misiones de la ONU, OTAN y UE, las empresas españolas construyen el canal de Panamá, el AVE a la Meca, autopistas y ferrocarriles por todo el mundo, somos el segundo país del mundo en turismo y el primero en trasplantes de órganos, y todo eso a pesar de contar con una clase política que va a lo suyo, con tasas de paro insoportables si no existiera una de la economías sumergidas más altas de Europa (la segunda después de Grecia) y nuestros 17 sistemas educativos, uno por comunidad, no logran sacarnos de los últimos puestos en las encuestas internacionales.

          Ignoran estos destructores de la nación española que nuestra Carta Magna fue aprobada muy mayoritariamente por los españoles y muy concretamente por más del 90 %, de los catalanes, concretamente en Barcelona el 90,38 %, el 89,78 % de Gerona, el 91,34 % de Lérida y el 90,99 € de Tarragona. ¿Qué porcentaje de catalanes quiere ahora destruir lo que otros catalanes han hecho en estos cuarenta años?

          Hay algo en lo que nos hemos equivocado los españoles, la transferencia de la educación a comunidades autónomas que la han utilizado como medio de adoctrinamiento en el odio a España y, a juzgar por la situación actual, lo han logrado, pero esos fanáticos deben tener en cuenta que cuarenta años de terrorismo salvaje con casi mil muertos y miles de heridos y mutilados no lograron ese objetivo. España no abandonó ni a abandonará a los españoles que quieren y están orgullosos de serlo, aunque haya políticos que miran más por sus intereses personales que por los colectivos, pero somos muchos millones de españoles que queremos dejarle una España mejor a nuestros hijos y nietos, por mucho que se empeñen en lo contrario algunos políticos fanáticos, avariciosos y corruptos.  

miércoles, 30 de octubre de 2019

EL AGENTE OSCURO


            Publicado en el diario La Razón el 30.10.2019


Llevo tres artículos seguidos tratando el tema de las novelas de espías y no por un empeño personal por reivindicar un género literario tan perjudicado por autores desconocedores de la realidad que tienen que basar sus éxitos de ventas, los que los tienen, a base de exagerar hasta el ridículo como una mala película de James Bond.

Aquí, como en todas partes, las hay buenas, malas y regulares y para mi esta clasificación tiene mucho que ver con la credibilidad de lo que se cuenta. Las hay malas por lo exagerado de los personajes y situaciones muy alejadas de la realidad, y entre las buenas se pueden distinguir las que cuentan una historia de ficción, pero creíble y, las mejores, las que cuentan una historia real.

Entre estas últimas está la recientemente publicada por Galaxia Gutenberg, El Agente Oscuro, de autor anónimo y prologada por Ignacio Cembrero. Es la Historia de un infiltrado por el CNI en el yihadismo, contada por el protagonista que, naturalmente, ha decidido permanecer en el anonimato.

La obra narra, con agilidad y precisión, las complicadas y peligrosas actividades de un español a quien el CNI capta y él accede, para infiltrarse, primero en unos grupos radicales de estudiantes universitarios de izquierdas muy relacionados con los servicios secretos cubanos, siempre tan activos en España.

Tras el cese en ese primer escenario, sus circunstancias familiares le llevan a tener un estrecho contacto con imanes y grupos religiosos musulmanes, algunos de ellos radicales, y de nuevo el CNI le dirige para su infiltración en ese ambiente, donde de nuevo rinde un importante servicio a su país y a sus compatriotas.

Finalmente, un nuevo traslado por la geografía nacional le acerca a los servicios secretos marroquíes que operan en España y consigue, como en sus actividades anteriores, una importante información para el CNI, información de alto valor para nuestra seguridad.

Cuando la crítica de mis antiguos compañeros coincide unánimemente en alabarla es porque su argumento y personajes son auténticos y está bien contado. No pretendo hacerle publicidad, no la necesita, pero es de las que recomiendo a quien me pregunta.

Tuve ocasión de comentarla con Ignacio Cembrero, autor de un muy interesante prólogo, quien me certificó la autenticidad de lo allí narrado, pero, quienes hemos trabajado en esos menesteres, sabemos distinguir cuando se trata de ficción y cuando no.

Magnífica aportación al género de la novela de espías. Se encuadra entre las de calidad y realismo, nada de fantasías irreales, aunque, como pasa muchas veces, esta realidad supera a la ficción.

viernes, 4 de octubre de 2019

ESPÍAS


   Publicado en La Razón el 03.10.2019   



                     
      El presidente norteamericano Donald Trump ha “insultado” a los funcionarios del Servicio de Inteligencia que han filtrado las presiones de su presidente a los presidentes de Ucrania, Volodímir Zelenski, y Australia, Scott Morrison y que ha provocado, nada menos, que el inicio de un proceso de destitución, “impeachment”.

          Trump les llama espías y traidores asimilando lo que para él son graves insultos, cuando lo que han hecho estos buenos funcionarios estadounidenses es denunciar irregularidades graves en el comportamiento de su presidente.

          Varias consideraciones al respecto: En primer lugar, aclarar lo que es un espía y a qué se llama habitualmente espía. Un espía en el más puro sentido del término es un “funcionario” de un estado, que cumpliendo según que mandatos de su gobierno, vela por la seguridad de sus compatriotas y sus bienes.

          Si en el ejercicio de su función se encuentra una acción en contra de esos intereses y a quien la ha cometido, aunque sea su presidente del gobierno, tiene la obligación de comunicarlo a sus superiores. Ellos sabrán qué hacer con la información.

          Un espía, funcionario de un estado, cobra lo estrictamente justo a su categoría laboral y su motivación suele ser, en un altísimo porcentaje el idealismo. Lo define muy bien el autor catalán Domingo Pastor Petit en su obra de 1976, “La guerra de los espías” – Editorial Bruguera.

Dice así: “Tras el sujeto disfrazado de espía, suele haber algo que el lector no es muy dado a sospechar en quienes le rodean… Este oficio gris, frío, mal compensado y compañero cierto de la angustia, que precisa nervios de acero y tesoros de inteligencia deductiva e intuición, recluta lo más electo de sus artesanos en las filas de los idealistas. Sí, hay que repetirlo: de los idealistas.”

La palabra “traidor” no hay que explicarla, poro a la luz de lo que cabo de transcribir, coincidirán conmigo en que en nada se parecen ambos conceptos.

Pero volvamos a los “espías”, a los funcionarios espías que además son los encargados de obtener información sensible sobre determinado país u objetivo y que muchas veces se sirven de “confidentes”, “infiltrados” o personas que, por otra motivación, muchas veces económica, facilitan información muy importante para la seguridad del país, cobrando precisamente por esa información, en esos casos las cantidades son proporcionadas con la calificación que su información.

Si Trump cree que los insulta es que no sabe de qué va esto de los Servicios de Inteligencia. Seguramente terminará destituyendo a sus jefes, y van…, pero estoy seguro de que quienes sustituyan a los actuales actuarán de igual manera ante situaciones similares.

¿Que no todo es tan idílico en los servicios? Naturalmente, y ¿dónde lo es? El ser humano, capaz de lo mejor y de lo peor, es el componente fundamental de cualquier organización, no son máquinas y hay casos de corrupción como en todas partes, pero no juzguemos nada más que a los corruptos, no al organismo. No es justo.

viernes, 13 de septiembre de 2019

ESPÍAS DE NOVELA


       Publicado en La Razón el lunes 9 de septiembre de 2019

                    
      En enero pasado, la Universidad Rey Juan  Carlos de Madrid (URJC) organizó unas Jornadas de Literatura y Espías a las que fui invitado junto con los más prestigiosos escritores del género de nuestro país. Figuras de primera línea de la literatura contemporánea española entre cuyas obras, algunas o alguna, tratan sobre “el tenebroso mundo de los espías”, en palabras del autor catalán Pastor Petit.

         De allí nació el Club Le Carré, al que me siento honrado de pertenecer, dirigido y coordinado por Fernando Martínez Laínez y José Luis Caballero, cuyas obras son extensas y exitosas, unos enamorados del mundo de los servicios secretos que saben plasmar con intriga y realismo.

         Esa es la palabra mágica: realismo. Cuando nos conocimos, Fernando me comentó que todos ellos escriben sobre temas que investigan y yo sobre vivencias propias. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes. Fabular permite echar la imaginación a volar y hacer la narración tan atractiva como sea capaz el autor, sin embargo el peligro estriba en que la historia que se narra y sus circunstancias sea creíble. A poco que no se sea riguroso puede salir una historia a lo James Bond, bonita y atractiva pero poco creíble. El trabajo de documentación resulta muy importante, imprescindible, es lo que le da realismo a la obra.

         En el otro lado, el autor biográfico no necesita documentarse sobre algo que ha vivido en primera persona, la dificultad está en la habilidad para transmitir fielmente lo sucedido. Personajes y escenarios permanecen fieles en su memoria, situaciones comprometidas que no se olvidan nunca hasta en los más mínimos detalles. Luego viene lo difícil para el autobiógrafo, la narración del hecho sucedido. Eso ya depende de las dotes personales para la narrativa. Por eso algunos agentes del CNI han confiado en la experiencia y saber hacer de periodistas reconocidos.

         David John Moore Cornwell, verdadero nombre de Le Carré reúne todas las cualidades y conocimientos, todas las experiencias, como miembro del MI5 y MI6 británicos, los servicios de inteligencia del Reino Unido, que le han convertido en el más brillante escritor del género. Naturalmente no todo lo que escribe, quizás solo un  reducido tanto por ciento, está basado en experiencias propias, pero cuando fabula conoce perfectamente donde está el límite y nunca se excede. Todo es creíble y si no ocurrió bien pudo haber ocurrido.

         Dado el éxito de las pasadas Jornadas de Literatura y Espías, se están preparando, para principios del próximo año, otras dos ediciones, una en la propia URJC y otra en Zaragoza. Recomiendo a los aficionados a este género literario la asistencia a estos dos certámenes.

         La literatura de espías sigue viva, yo diría que en España está pasando por una etapa brillante, aunque todo lo que se publica, según verdaderos expertos del tema, no sea digerible.
        
        

jueves, 22 de agosto de 2019

DR. SÁNCHEZ: PLANTÓN Y VACACIONES

Publicado en La Razón el miércoles 21 de agosto de 2019




        Este país, ya casi nadie dice España, y menos la izquierda, adolece de una tremenda falta de educación. Lo he escrito infinidad de veces en mis artículos con un título común: “Es la Educación, imbécil”, parodiando al presidente norteamericano Bill Clinton en la campaña electoral de 1992. Él decía: “Es la economía, estúpido” y le valió para ganar las elecciones. No pretendo tal, pero sí mover a algunas dormidas conciencias de nuestros políticos que parece que aún no se han enterado.

          Es muy sencillito, que decía un antiguo profesor, solo consiste en respetar a los demás, respetarlos en el más amplio sentido de la palabra, es decir: no hacer ni decir nada que pueda molestar u ofender gravemente a otras personas. En eso consiste la buena educación. No dejarle el asiento al impedido, anciano o embarazada (cada vez más frecuente entre los jóvenes, aunque el  asiento esté marcado para tal fin), es solo una muestra de la mala educación, como lo es llegar tarde a una cita y hacer esperar (perder inútilmente el tiempo en la espera) a la persona con la que hemos quedado, y no hace falta que sea S.M. El Rey Felipe VI. ¡A ver si nos enteramos Dr. Sánchez!, la misma falta de educación que si hubiera quedado con su jardinero.

          Lo que pasa es que ha dado con un monarca, en este aspecto, excesivamente educado, que aguantó estoicamente cincuenta minutos. Otro se hubiera ido o simplemente le habría mandado recado aplazando el encuentro. No vale el retraso motivado por una reunión anterior. Quienes tenemos, o hemos tenido, una agenda apretada sabemos cuándo hay que cortar una reunión por un compromiso posterior y si es necesario aplazar para otra ocasión los que haya podido quedar pendiente, todo menos hacer esperar a nadie, sea quien sea. ¡Menuda falta de respeto y educación! Solo lo que llamamos “fuerza mayor” podría ser motivo del retraso o ausencia del encuentro, nunca una reunión anterior que debe estar siempre programada en su horario y extensión.

          Viene a cuento un fenómeno nuevo, o semi nuevo en nuestra sociedad: los raperos. Muchos de ellos son seres humanos sin escrúpulos, ni respeto a nada ni a nadie, que amparados en la nueva “libertad de expresión” ofenden gratuitamente a víctimas del terrorismo, guardias civiles o quien se tercie. Son, junto con los escraches que puso de moda la izquierda, pero que les hacen llorar cuando va contra ellos, ¿verdad señora Colau?, las nuevas expresiones libres de esta sociedad española. Caiga quien caiga.

          Esa nueva libertad de expresión ampara a los homenajes a etarras excarcelados y en esa dinámica, muy pronto a violadores reincidentes, corruptos y estafadores que también tienen familia y amigos. ¡Faltaría más!

          De la importancia y transcendencia de la educación da idea el hecho consumado, gracias a la pasividad de nuestros políticos nacionales, de que los independentistas catalanes y vascos se apresuraron, con mucho éxito, a manejar la educación de sus autonomías, convertida en adoctrinamiento al más puro estilo nazi, con los resultados por todos conocido, cuando realmente solo tienen transferida la gestión, mientras la Inspección General del Estado lleva cuarenta años de vacaciones. 

          Y hablando de vacaciones. ¿Cree de verdad el Dr. Sánchez, a la sazón presidente del gobierno en funciones, que está la economía, que amenaza con recesión, la política, amenazada de secesionismo, y tantos problemas como tiene España en este verano de 2019, en una situación que aconseje a quien tiene la máxima responsabilidad de resolverlos tomarse unas “merecidas” vacaciones?. ¿Quiénes de ustedes, queridos lectores, no ha tenido que renunciar a ellas por motivos de trabajo o responsabilidad en determinadas ocasiones? Yo, simple funcionario, en más ocasiones de las deseadas y nadie me preguntaba.
       

miércoles, 31 de julio de 2019

COMUNISMO VS CAPITALISMO

Publicado en el diario La Razón el miércoles 31 de julio de 2019






         Hace tiempo que quería escribir este artículo para clarificar, desde mi punto de vista, ciertos estereotipos que se ha establecido en nuestras sociedades occidentales gracias al buen trabajo de algunos partidos autodenominados “progresistas”, ayudados por no pocos medios de comunicación en manos de poderes económicos extranjeros o poco democráticos, es decir tendenciosos sin paliativos.

          Por mi edad y trabajos, he tenido ocasión de vivir en países a tanta  distancia, no solo geográfica, como la comunista Checoslovaquia, o los capitalistas Estados Unidos de Norteamérica, también en la democrática Checoslovaquia surgida tras la caída del muro de Berlín y el desmoronamiento de los regímenes comunistas del este de Europa.

          Además de conocer muy bien los regímenes dictatoriales de la Libia de Gadafi, la monarquía absolutista en Marruecos, entre otros modelos políticos por todo el mundo. Quiero decir con ello que habla más la voz de la experiencia que mis propias convicciones políticas, que ya a estas alturas todos mis lectores habituales conocen.

          Por no hablar del pasado, y según mis crónicas en estas mismas páginas, podemos comparar en la renaciente Asia a Singapur y Vietnam, dictadura capitalista el primero y comunismo a ultranza el segundo. Cámaras de vigilancia por todo el país, duras penas de cárcel e incluso la pena de muerte para corruptos y narcos, 86.000 $ per cápita, el tercer centro de negocios del mundo, primer exportador de petróleo de Asia, el mayor puerto comercial del mundo, paro cero, universidades y hospitales a la cabeza del mundo en Singapur. Como contraste, miseria y suciedad en las calles de Saigón, suciedad y desorden en las embarcaciones turísticas (el turismo es la principal fuente de ingresos del país) en el río Mekong, 1.900 $ de renta per cápita, caos urbanístico y de tráfico (no se respetan semáforos o pasos de cebra, una aventura ser peatones en Saigón), pobreza y miseria por todas partes y paro de cifras escalofriantes, eso sí, banderas rojas con la estrella amarilla se alternan cada veinticinco metros en calles y bacheadas carreteras, con las de la hoz y el martillo,  en lugar de las cámaras de videovigilancia de Singapur.

          Vietnam es un país con una naturaleza exuberante, los vietnamitas son abiertos, simpáticos y merecerían algo mejor que vivir del pasado, de la victoria militar contra los EEUU de Norteamérica (todos los museos son de material militar conquistado a los americanos que, curiosamente, son los turistas más numerosos). Como vi en la Libia de Gadafi y es habitual en este tipo de dictaduras, enormes vallas publicitarias del gran líder Ho Chi Minh, nuevo nombre de Saigón.

          Seguramente los nuevos comunistas españoles no conocen (“ignorancia culpable”) que alemanes del este se jugaban la vida para huir del “paraíso comunista”, (que oigan con atención la letra de la magnífica canción “Libre” de nuestro añorado Nino Bravo. Por cierto, ni un solo caso en sentido contrario) que tras el estruendoso fracaso económico y social del comunismo del este europeo, los comunistas italianos inventan el eurocomunismo, tratando de suavizar lo que fue una auténtica catástrofe social para millones de personas, algunos incluso convencidos de la teoría comunista del reparto social de los bienes.  Que les pregunten a mis amigos checos que tuvieron la “suerte” de vivir aquella época y viven hoy en la República Checa integrada en la capitalista UE.

          Ejemplos los tenemos en Hispanoamérica si vemos cómo viven y escapan los que pueden del “paraíso” venezolano y lo contrastamos con los chilenos y argentinos, por ejemplo.

          Yo no digo que los regímenes democráticos, liberales y capitalistas sean perfectos. Ya lo dijo Winston Churchill en la Cámara de los Comunes el 11 de noviembre de 1947: “La democracia es el menos malo de los sistemas políticos. De hecho es la peor, excepto todas la demás formas que han sido probadas de vez en cuando”.

          Lástima que nuestros jóvenes ignoren la historia mundial y de nuestro país (ninguno sabe, según una encuesta publicada recientemente, que las Filipinas fueron bautizadas así por el navegante y descubridor portugués Magallanes en honor de nuestro rey Felipe II, cuando mandaba una expedición financiada por Carlos I de España y V de Alemania). También ignoran y de qué manera la historia más reciente de nuestras dos experiencias republicanas. Claro que de eso ya se encargan los portavoces de la izquierda más rancia. Si no ¿Quién les iba a votar?

          El 9 de noviembre de 1989, ya estaba en Praga, pude vivir muy de cerca la caída del muro de Berlín y la escapada masiva de alemanes del este comunista a la Alemania capitalista. Nadie puede negar los hechos de los que hay abundantes testimonios. Que no vengan ahora con historias. Eso existió, como existieron los campos de exterminio nazis, que algunos ahora quieren negar. La verdad solo es una.

          ¿Hacia dónde va la economía comunista de China? ¿O la de la “democrática” Rusia? (mil trescientos detenidos, algunos heridos y líderes presos, en la última manifestación de la oposición política a quienes niegan el derecho a presentarse a las elecciones).

          A ver si nos enteramos: Lo que manda en el mundo es el dinero, aunque haya varias formas de administrarlo. Este artículo no va a gustar nada a mis amigos comunistas, lo siento porque tengo amigos que militan en esa opción política. Solo que piensen, y me digan, donde he mentido de todo lo que he dicho.
         




martes, 16 de julio de 2019

¡¡¡ QUÉ DESASTRE DE POLÍTICA!!!


Publicado en el diario La Razón el martes 16 de julio de 2019




         Por no decir  ¡qué desastre de políticos! El espectáculo de las eternas precampañas, campañas y post campañas, fundamentalmente con descalificaciones mutuas, cuando no insultos y ofensas gratuitas y, ahora con las redes sociales tan desarrolladas y al alcance de todos, las noticias falsas se  cuentan por miles, el poner en boca de los contrincantes cosas que no han dicho, adjudicar a los programas ajenos ideas que puedan perjudicarles. Una auténtica guerra sucia.

          Pero lo peor estaba por llegar. Con la aparición de nuevos partidos a la izquierda y derecha, los resultados ya no son tan claros como los “felices” años del bipartidismo. Los pactos entre los dos partidos hasta ahora hegemónicos con los nacionalistas moderados catalanes y vascos bastaban, aunque a muy alto coste para el estado, para gobernar una o dos legislaturas.

          Ahora esa fórmula ya no sirve. En el centro derecha tres partidos constitucionalistas, PP, Ciudadanos y Vox, que lo es sin duda aunque le quieran etiquetar de lo contario, (desear cambiar la Constitución siguiendo lo previsto en el propio texto constitucional está dentro de la legalidad)  y por el centro izquierda dos partidos, el PSOE y Podemos, llamémosles también constitucionalistas (si no existieran las hemerotecas todos creeríamos que Podemos lo es, movía a la ternura ver la campaña de Pablo Manuel Iglesias con la Constitución del 78 en la mano y pidiendo que se cumpla en todos sus términos, el mismo Iglesias que no acude a los actos de homenaje a las víctimas del terrorismo de ETA, no vaya a ser que moleste a su amigo Otegui, tan necesario para gobernar).

          En votos y escaños en las comunidades y ayuntamientos la cosa está bastante igualada pero al no llegar a las mayorías necesarias para gobernar, el centro izquierda constitucionalista tiene que recurrir, una vez más, a los partidos regionalistas, y si no le llega a los nacionalistas y si tampoco llega a los independentistas como el Bildu de Otegui, ese “hombre de paz” que sigue sin condenar los asesinatos de ETA, o sea de ellos, a pesar de las oportunidades que le dan incluso en la televisión de todos los españoles.

          No sé si finalmente el Dr. Sánchez decidirá que volvamos a votar en los próximos meses y tengamos en cuatro años (2015 – 19) cuatro elecciones generales. Pero si, por fin, logra alguien formar un gobierno, es tarea prioritaria modificar la Ley Electoral vigente. No sé si el modelo griego que agrega cincuenta escaños al ganador, o el francés (presidencialista) que va a una segunda vuelta con los dos más votados, o cualquier otro sistema electoral de los muchos que hay en otras democracias. Un sistema experimentado y del que se puedan valorar sus resultados.

          En cuarenta años de sistema democrático ningún partido ha querido esa modificación, sencillamente porque era fácil comprar los apoyos nacionalista con dinero y transferencias, sin ser conscientes, quiero creer, del enorme daño que se estaba causando de forma irreversible a la convivencia de los españoles, como ahora se evidencia, alentando el independentismo, que subía constantemente, aunque con porcentajes todavía muy minoritarios,  y facilitando cuarenta años de adoctrinamiento a las juventudes catalanas y vascas.

          Esa división creada en las sociedades catalanas y vascas dando dinero y competencias, sobre todo educativas, a los gobiernos regionales, se extiende al resto del estado cuando el gobierno del presidente Zapatero, a quien muchos españoles calificamos como el peor presidente de la democracia,  (veremos si no le superan pronto) presenta y es aprobada, la sectaria Ley de Memoria Histórica resucitando la dos Españas del poema de Antonio Machado.

          Socialistas de la primera época, los Gonzalez, Guerra, Leguina, Vazquez, Corcuera y algunos presidentes autonómicos actuales, no reconocen al PSOE actual y su intento por eliminar de la secretaria general al Dr. Sánchez, que pareció exitoso en un principio, solo sirvió para fortalecer su regreso. El título del libro publicado por el ahora presidente en funciones, “Manual de Resistencia” lo dice todo. Su único objetivo era cambiar el colchón de la Moncloa y ya lo ha hecho, pero algo debe estar pendiente porque ahora, ya con un a poyo popular más consistente, no quiere, de ninguna forma abandonar palacio.

          ¿Y qué decir del marqués de Galapagar? De momento una vicepresidencia o, como poco, un ministerio y luego, una vez metida la patita en el gobierno, ya veremos. Esa es nuestra política y esos nuestro políticos.


martes, 9 de julio de 2019

UNIVERSIDAD CEU - ESPAÑA, DEMOCRACIA Y FUTURO

Publicado en La Razón el miércoles 9 de julio de 2019




          

              El pasado martes 11 de junio, tuve ocasión de asistir a la clausura del curso del Instituto CEU de Estudios de la Democracia. Su Aula Política ha desarrollado durante los meses lectivos el tema: “España, Democracia y Futuro”.

          El presidente del Instituto, José Manuel Otero Novas, ministro de la Presidencia (1977–79) y Ministro de Educación (1979–80) en  los gobiernos de Adolfo Suarez, presentó el documento Propuestas urgentes a la Nación” (https://institutodemocracia.ceu.es/) resultado de un curso académico en el que han participado como ponentes, además del propio Otero Novas; el fiscal Ignacio Gordillo; el letrado del Consejo de Estado Alfredo Dagnino; el presidente del Grupo Intereconomía Julio Ariza; el exministro Ignacio Camuñas; el ex Vicepresidente del Senado José Miguel Ortí Bordas y el director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Ángel de la Fuente.

          El documento, como nos tiene acostumbrados el Aula Política del CEU, tiene tres características fundamentales: es realista, actual y propositivo.  La brillante exposición de Otero Novas nos traslada a la verdadera política, la que sirve para resolver los problemas del país y de sus ciudadanos, nada especulativa, nada teórica ni retórica, con propuestas claras, concretas y realizables.

          En el mismo acto, celebrado en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad CEU San Pablo, se entregaron los Premios al Mérito en Defensa de España” a Francesc de Carreras, Catedrático y Escritor; Augusto Ferrer-Dalmau, Pintor; Gloria Lago, Profesora y Filóloga y Alfonso Ussia, Escritor.

          Un acto académico muy importante, con mucho contenido y emotivo, que finalizó con la interpretación del Himno Nacional.

          Cada año, el Aula Política realiza un trabajo sobre cuestiones de política española de la mayor actualidad e importancia. El documento final tiene gran difusión entre los máximos responsables politicos, los más importantes medios de comunicación, organizaciones culturales, centros de estudios, universidades…y la ciudadanía. El interés y el uso que cada uno de los receptores haga del mismo es cuestión que se nos escapa.

          En 2011, el Aula Política del CEU elaboró un documento titulado: “Recuperar España. Una propuesta desde la Constitución”, en cuya presentación se señala: “…en 2011 consideramos que era imprescindible, e incluso urgente, dar otro paso adelante en el asunto de la estructura del Estado…Para ello se ha articulado, a traves de  un largo proceso interno de debate, una profunda reflexión sobre la Reforma Constitucional”.

          En el debate interno a que hacía referencia se aprobaron doce Ponencias ante el Pleno y se debatieron en sesiones especiales más de treinta “aportaciones, plurales y externas, de personalidades del pensamiento o la vida política”, y cuando dice plurales es que, efectivamente, lo eran procedentes de toda la variedad del pensamiento político.

          El documento final, al igual que todos los años, fue enviado a muchísimas personas y organismos, al parecer sin efecto alguno conocido. Es posible que alguno de los destinatarios apreciara el inmenso trabajo realizado y la calidad extraordinaria del documento, pero estamos en España y ya sabemos que aquí las buenas ideas solo son las que se le ocurren a uno, lo que viene de fuera siempre resulta más que dudoso.

          Donde no cayó en saco roto fue en el Ateneo de Cádiz. Dos propagandistas gaditanos, José Ramón Pérez Díaz – Alersi y quien esto firma, organizamos durante un curso completo un estudio pormenorizado de “Recuperar España. Una propuesta desde la Constitución”.

          Nos repartimos la presentación de los distintos capítulos y contamos con la colaboración de otros socios gaditanos de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). Sesiones concurridas y de muy interesantes debates. Algunos políticos locales, ateneístas y ciudadanos atraídos por la importancia del tema tratado, alabaron el trabajo realizado por el Aula Política del Instituto CEU de Estudios de la Democracia.

          Seguro que el próximo curso nos sorprenderá con un tema importante sobre el que tendremos finalmente otro trabajado documento. Todo muy oportuno en un país, España, tan escaso, en los tiempos que corren, de políticos que se ocupen de algo más que de ganar elecciones.  

domingo, 16 de junio de 2019

VOX, BILDU, TRUMP, PUTIN, TIANANMEN, GARBO…


Publicado en el diario La Razón el viernes 14 de junio de 2019

        

         
         No es que todos esos personajes o temas que figuran en el título del articulo tengan conexión entre sí, es que son de las más “rabiosa actualidad” todos ellos y no me resisto a tocarlos siquiera mínimamente. Procuraré ir directamente al tema, sin rodeos ni explicaciones complementarias.

         Sea usted votante de Vox o no, si se siente un buen español, debería estar indignado con el ministro en funciones señor Ábalos que publicamente ha puesto en plano de igualdad a la formación independentista vasca EH Bildu con el partido de Abascal. ¿Cómo es posible? ¿Qué pretende? No voy a entrar en los postulados de Vox, por muy contrarios a la Constitución del 78 que sean, porque se trata de eso, de proyectos programáticos que pretenden ejecutar por las vías legales: Un cambio en la España de las autonomías; en la Ley de la Memoria Histórica; en las leyes LGTBI; en la recuperación para el gobierno central de competencias en educación y sanidad (para ser exactos, la competencia no está cedida, es la gestión la que tienen transferida); en una reforma de la Ley Electoral;…todo dentro de los cauces legales.

         En contraposición EH Blldu  es un partido del independentismo vasco, con connotaciones filoterroristas,   cuyo objetivo inmediato es la anexión de Navarra.  Poner en marcha el referéndum, previsto en la Constitución española del 78, para que los navarros manifiesten su deseo, o no, de integrarse en la comunidad autónoma del País Vasco. 

         En este mundo global en el que vivimos, muchas veces las cosas no son lo que parecen, sobre todo si nuestra mirada es limitada, con una perspectiva acotada por la inmediatez y los límites geográficos.

         En este mundo global en el que vivimos, tenemos que acostumbrarnos a  ver las cosas con una mirada amplia y profunda, sin quedarnos en la superficie de las cosas.

         Me habrán leído con cierta frecuencia decir que nada es fruto de la casualidad, que las cosas no pasan porque si, sino que, muy frecuentemente, obedecen a un plan trazado y ejecutado con meticulosidad.

         ¿Creerían ustedes, amables lectores, que una potencia extranjera (entiéndase por un país  de los que consideramos líderes mundiales por su economía, su potencial militar, su influencia política) es capaz de financiar las huelgas de un sector  productivo importante de un país tercero? Les aseguro que sí. Y se preguntarán ¿por qué y para qué? Objetivo: desestabilizar a quien pueda ser competencia económica o de otro tipo, en un futuro próximo o lejano, en solitario o formando grupo de países.

         ¿Creerán ustedes que todos, absolutamente todos, los partidos políticos de ese mismo país tercero son subvencionados, o les son financiadas campañas electorales, por partidos afines de grandes potencias, por lobbies, fundaciones o instituciones internacionales?

         Pues créanselo. En este mundo global hay una interrelación de intereses económicos, políticos, militares, medioambientales, comerciales y culturales que se sobreponen a los puramente locales. Pongamos que estoy hablando de los Estados Unidos de América del presidente Trump, que se ha quitado la careta en su reciente visita a Gran Bretaña, donde les ha ofrecido a los británicos un acuerdo comercial preferencia si salen de la UE de inmediato y sin acuerdo; que hablamos de la Rusia de Putin, que se anexiona Crimea y el este de Ucrania y no pasa nada, que financiaba huelgas salvajes en un país europeo, o que interviene en los referéndums o votaciones donde puede desestabilizar; o de la China de Xi Jimping que ofrece grandes cantidades de dinero porque le dejen poner una base naval en el Mediterráneo.

         Hay una teoría, que más bien es ya una realidad, y que cada vez toma más cuerpo: La gran potencia mundial de 2050 se llamá China. Está construyendo una Armada espectacular, ríanse de las flotas norteamericanas. Grandes portaviones, submarinos nucleares,…toda una fuerza naval defensiva, naturalmente, como no podía ser de otra forma en una país pacifista.

         China, en una eficaz política de expansión cultural, ocupa ya grandes cotas de mercado en países en desarrollo en África y Sudamérica. Tiene una buena parte de la deuda norteamericana  y puede hacer caer el dólar simplemente poniendo en el mercado esa deuda. China ofreció veinte tres mil millones de dólares por  una base naval en el Mediterráneo.

         Mientras la Rusia de Putin, sigue hurgando en los conflictos regionales europeos, y allá donde pueda, sea Cataluña, los inmigrantes subsaharianos, los partidos de extrema derecha euroescépticos, Venezuela, (Rusia, de acuerdo con USA, acaba de retirar a su militares de las bases en Venezuela) o todo lo que contribuya al “cuanto peor mejor”.

         Se cumplen treinta años (parece que fue ayer y a una gran parte de los jóvenes españoles ni les sonará el tema) de la masacre de la plaza de Tiananmen en Pekin, que conocimos gracias a unas imágenes obtenidas clandestinamente, y con riesgo, por periodistas de RTVE. Seguimos sin saber el número de víctimas mortales de la llamada “masacre de Tiananmen”.

         Se acabaron los localismos, la política cortoplacista y localista. Esto va de otra cosa, esto tiene otra dimensión y, aunque nuestros mediocres politicos no lo digan, los Soros, Club Bilderberg,  lobbies judíos, G8, OPEP y otros foros internacionales, fundamentalmente económicos, marcan la ruta.

         Las guerras modernas tienen también una fuerte componente económica, una lucha de intereses, sobre todo referidas a recursos energéticos, yacimientos, gaseoductos,…y mientras, nosotros, los españolitos de a pie,  entretenidos en disputas internas, en localismos sin sentido y sin ninguna futuro,…y el proyecto europeo cada dia más lejos. Eso es lo que quieren.

         Y termino. Garbo (Juan Pujol García), el espía doble español de la Segunda Guerra Mundial fue uno de los héroes que engañó a Hitler sobre donde iba a tener lugar el desembarco aliado de Normandía. Hizo creer a los alemanes que sería en las costas de Calais. Este pasado dia 6 de junio, conmemoración del setenta y cinco aniversario del desembarco, mientras los líderes europeos homenajean merecidamente a los héroes de aquella gesta, muy pocos nos acordamos de Garbo. Por lo menos se inaugura una página Web con su historia (https://www.garboespia.com/), que lo disfruten.

domingo, 19 de mayo de 2019

LAS ETIQUETAS


Publicado en el diario La Razón el miércoles 15 de mayo de 2019






                 
         Es muy frecuente, en nuestra sociedad española, poner etiquetas a todo y a todos, con el grandísimo agravante de que, si hace fortuna, esa etiqueta no la quita ya nadie.

         La hay de todo tipo pero fundamentalmente unas son positivas y halagadoras de una condición o cualidad personal y otras todo lo contrario, se emplean para denigrar al otro, al contrario, o a quien nos cae muy mal. Ni que decir que las segundas superan por goleada a las primeras. Somos más propicios a ofender que a alagar. “La envidia, que es nuestro deporte nacional,  es una declaración de inferioridad” ya lo dijo Fernando Díaz – Plaja en su exitosa obra “El español y lo siete pecados capitales”.

         Naturalmente nuestros políticos, seres selectos de nuestra sociedad, son el reflejo de lo que representan y, por supuesto, tampoco escapan a la tentación de etiquetarse entre ellos: “Facha, que eres un facha”

         Sin embargo la aplicación de las etiquetas resulta siempre injusta. Ninguna define enteramente al etiquetado o excluye otras “cualidades” del adjudicatario. Como ejemplo la izquierda se auto etiqueta de “progre” y lo justifica en que solo la izquierda quiere el progreso de la humanidad, las mejoras sociales, y que todo vaya a mejor, cuando ese es el objetivo de todo ser humano, mejorar en todos los aspectos de la vida. Luego, “progres” somos todos o pretendemos serlo. Es una etiqueta positiva que se ha adjudicado la izquierda en exclusividad.

         Por el contrario, esa misma izquierda trata a la derecha de conservadora, como si todo el pasado fuera malo y desechable. ¿Quién no quiere conservar lo que de bueno ha ocurrido en su vida? Y eso de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”, ¿para qué queda? Todos, pues, tenemos algo de conservadores, conservadores de lo bueno, de los recuerdos, de las costumbres, de la cultura, de nuestros monumentos, de la parte buena, que la hay, aunque algunos se empeñen en negarlo.

         Y llegamos a otro término del que todos quieren apropiarse, el liberalismo. Equiparamos el liberalismo a la libertad, la libertad de pensamiento, de prensa, de acción, de la economía,…suena muy bien, pero tiene el peligro anexo del libertinaje, el todo vale, la libertad de expresión sin límites, sin leyes ni normas que la regulen y controlen.

         Así pues, querido lector, le propongo el ejercicio de que usted mismo se etiquete. Hágalo para usted, con absoluta franqueza y verá como es progre, conservador y liberal, todo al mismo tiempo y para cada cosa.

         Sin embargo, lo estamos viendo en las diversas campañas electorales, unos etiquetan a otros con lo que creen malo y se adjudican lo que creen bueno, pero no especifican en qué son una cosa u otra. El caso es que esas etiquetas, que ya hemos visto que por sí solas no definen a nadie, han calado en la sociedad que ya no se para a analizar por qué unos son populistas, otros extremistas de derecha o izquierda y en qué lo son.

         Tenemos una sociedad muy cómoda que le gusta que le den el trabajo hecho, no se para, generalmente,  a analizar a los candidatos, su trayectoria profesional, si la tienen, sus ideas sobre cada uno de los temas importantes,…no analiza, se traga la pastilla entera.

         Claro, todo este planteamiento se viene abajo cuando oímos a uno de nuestros políticos más destacados decir, como todo argumento, que no quiere volver al armario. Que nivelazo. País!!!