lunes, 12 de marzo de 2018

DEMOCRACIAS COMUNISTAS


     


Publicado en el diario La Razón el lunes 12 de Marzo de 2018                                     
                                  


                         Democracias Comunistas

No es una “contradictio in terminis”, al menos para los países que se rigen por una dictadura comunista porque, aunque sea más que evidente, se apresuran a disfrazarla de democracia tratando de lograr una cierta homologación internacional o al menos una aceptación que les permita relacionarse con países o instituciones internacionales e incluso pertenecer a ella con todos los derechos.

Un ligero repaso a los casos más llamativos y recientes nos pueden aclarar mucho sobre el tema.

Por ser el más reciente, nos referiremos al caso de China, donde el Partido Comunista (el único legal en el país) acaba de ratificar por 2.964 votos a favor, 2 en contra y 3 abstenciones, perpetuar en el poder a Xi Jinping, hasta que él quiera. Nadie puede decir que no ha sido el pueblo chino el que ha decidido semejante cambio, nada menos que 2.964 de sus representantes lo han decidido y además su gobierno será muy personal, nada de controles externos. Todo el poder para Xi Jinping que ha prometido llevar a China a ser la primera potencia mundial. Impresiona la Armada que está construyendo el país asiático y en la economía no digamos. Solo le faltan algunas bases militares en países amigos, otras democracias comunistas, y ya tenemos imperialismo chino para rato y todo gracias a un sistema político impecable.

Rusia renovará en las próximas elecciones a Vladimir Putin, su cuarto mandato que, gracias a una Ley aprobada por el pueblo ruso tiene seis años de duración. Empezó en el año 2.000 y si sale elegido en 2018, ¿alguien lo duda?, estará hasta 2022, es decir 22 años seguidos en el poder y siempre elegido por el pueblo. Algún opositor ha tenido la mala suerte de que unos atracadores le mataran o se murieron intoxicados por no se sabe que sustancia, como el espía ruso  Sergei Skripal, en estado de coma en este momento, o como Litvinenko, envenenado con plutonio.

              Estas democracias no descuidan la defensa, temerosas de que otras potencias puedan desestabilizar su paz social, y Putin, para no ser menos, acaba de probar el misil hipersónico Kinzhal, “capaz de burlar el escudo antimisiles norteamericanoen el que la gran potencia americana ha invertido 47.000 millones de dólares. Una cantidad desorbitada que, según Putin, no les va (no nos va) a servir para nada, ante este hipersónico Kinzhal.

         Seguimos con otras democracias comunistas, estas más pobres, como la cubana. En pleno proceso electoral, nada menos que para elegir al sucesor de Raul Castro, que a su vez sucedió a su hermano Fidel. La familia Castro en el poder ininterrumpidamente desde la revolución cubana de 1953. Pero Raul seguirá al frente de Partido Comunista de Cuba (PCC) hasta 2021. No se alejará demasiado de los órganos de decisión.

         Curiosamente en las elecciones  cubanas hay el mismo número de candidatos que de escaños, no hay competencia, todos saben que saldrán elegidos. Es otra modalidad de democracia representativa.

         Lo de Venezuela no sé si llamarlo democracia comunista, la Constitución define a la República Bolivariana  de Venezuela como un Estado Social y Democrático de Derecho pero más adelante dice que la forma de gobierno es de República Presidencialista, nada de división de poderes. Chaves, el auténtico padre de la patria, ejerció un poder absoluto y su sucesor Maduro, siguiendo los dictámenes del fundador, (no sé si lo del pajarito será verdad) se perpetua en el poder por la vía de cambiar las leyes que establecían un número limitado de periodos de seis años, pero las modificaciones introducidas permiten varios mandatos. Chaves estuvo quince años y Maduro cumple este año de 2018 su primer mandato de seis años con idea de volver a presentarse y, naturalmente, ganar para un nuevo periodo. Con los opositores en la cárcel no le resultará demasiado difícil.

         Estas democracias comunistas, como vemos, tienen la característica común de contar con dirigentes longevos y que son una y otra vez elegidos por su pueblo. Algo parecido quería, y supongo que aun quiere, traernos Pablo Manuel Iglesias con su partido Podemos, para modernizar la decadente democracia española.

Podríamos seguir con Corea del Norte y algunos países árabes como Irán, los países del Golfo, o de África, pero son variedades de lo que realmente son todos estos países, auténticas dictaduras, duras dictaduras que tiene sometidos a su propio pueblo, por mucho que intenten disfrazarlos.
             



viernes, 2 de marzo de 2018

DEPORTE, POLÍTICA Y VIOLENCIA

Publicado en La Razón el viernes 2 de Marzo de 2018


Está circulando por las redes sociales un escrito con el título “El triunfo de los Mediocres” que se ha convertido en “viral” y que algunos atribuyen al recién fallecido genio del humor, Antonio Fraguas “Forges”, cuando en realidad su autor es el escritor y periodista catalán David Jimenez, quien lo publicó en su blog nada menos que en 2012.

Sin embargo, aun pasados ocho años, el escrito tiene plena vigencia, nos llama “país de mediocres” y no le falta razón, es más, si en 2012 ya eran ciertas estas afirmaciones y calificativos dirigidos a los españoles en general, hoy en 2018, se puede decir que hemos “mejorado” nuestras prestaciones de mediocridad.

Al final de todo esto, siempre vamos a parar a un defecto que se ha acentuado desde la llegada de la democracia, el fracaso educativo de nuestros jóvenes. No en balde hemos tenido siete Leyes de Educación, ninguna de ellas estuvo en vigor el tiempo suficiente como para saber de su valía, no en balde el Estado ha entregado la educación a manos separatistas tanto vascas como catalanas, no en balde la alta inspección de Educación del Estado ni está ni se le espera en las comunidades autónomas, no en balde, el fracaso escolar alcanza cifras de vergüenza, el abandono escolar es de traca…para qué seguir.

Que si “Educación para la Ciudadanía” si o no, que si Religión sí o no, que si educación sexual a los niños sí o no, todo se va en discutir y tratar de llevarse el gato al agua, sin ser conscientes de que se está perdiendo un tiempo precioso que no volverá, que esos niños y jóvenes se están educando, por llamarlo de alguna forma, sin una formación humanística. Sin valores, ni cívicos, ni morales, ni religiosos, un vacío que llenan de inmediato lo que aprenden por internet sin control paterno, la violencia que está presente en programas, películas y hasta en los “juegos”, el desprecio al semejante y no digamos al que consideran inferior.

Hace solo unos años, los motoristas en España llevábamos el casco, cuando lo llevábamos, para proteger el codo. Bastó un endurecimiento de las sanciones, unas campañas de concienciación (las multas cuanto más altas más ayudan a esa concienciación) y hoy, prácticamente no hay motorista que circule sin el casco en su cabeza y bien amarrado. Es aquello que decían nuestros padres y profesores de “la letra con sangre entra”, que nos ha dejado a toda nuestra generación absolutamente traumatizada, tan traumatizada que hemos sido capaces de dejarles a nuestros hijos un país entre las diez primeras economías del mundo.

Los nuevos dirigentes políticos, en su mayoría, no han trabajado nunca en empresas privadas o públicas, su formación en muchos casos se despacha con un “cursó estudios de derecho” (por ejemplo), lo que equivale a que, como mucho, se matriculó de unas asignaturas de primero.
Lo que ha venido gestándose de esta forma, a lo largo de estos años de democracia, desemboca la negación de algo que es, o debería ser, la base de la convivencia: EL RESPETO AL PRÓJIMO.

Sin considerar ese principio básico se usa y abusa, y de qué manera, de la “libertad de expresión”, que es ahora la nueva religión. Bajo esta nueva dictadura se puede insultar gravemente, incluido al Jefe del Estado, los símbolos nacionales, y a quien se nos ocurra, desde el anonimato de las masas o los medios de comunicación, hemos llegado a un punto en el que hasta la vida ajena ha dejado de tener valor, niños que asesinan a adultos, violaciones en manada desde muy temprana edad, drogas,…

La política y la violencia han ensuciado al deporte, fundamentalmente al deporte más popular, el futbol. En España se permite lo que en otros pises “más civilizados” es duramente castigado, como manifestaciones políticas mediante pancartas, banderas o insultos, en estadios y canchas deportivas.

Un árbitro puede parar un partido porque a un jugador negro le insulten o se burlen de él, y me parece bien, pero ¿por qué no parar cuando se insulta a nuestra bandera, himno o Jefe del Estado?, ¿es acaso menos grave?, no, no lo es. La razón por la que la violencia y la política han invadido los espacios deportivos es, sencillamente, porque esos mediocres políticos a los que me he referido al principio, no se atreven a hacer lo mismo que, en su momento se hizo con los motoristas. Tocar el bolsillo de forma adecuada da magníficos resultados.