Publicado en La Razón el viernes 18 de Marzo de 2016
Me lo han pedido expresamente
algunos amigos paisanos, es decir, no militares, pero tengo la duda de si
merece la pena darles más publicidad. Su finalidad la ha conseguido, “la Colau” (con el mismo respeto de
ella a los militares) ha logrado que
todo el país, España, hable de ella y eso era lo que quería, pero como contrapartida también se habla de
las oportunidades que los ejércitos ofrecen a nuestros jóvenes.
El efecto llamada, consecuencia de este
incidente, ha colapsado el stand de las
Fuerzas Armadas, ya habitualmente uno de los más visitados en anteriores
ediciones de la Feria de la Enseñanza de Barcelona.
Su compinche “el Kichi”, alcalde de Cádiz, aprovechó la “festividad” (mi columna
en el Diario de Cádiz del día 29 de febrero: “Nada que celebrar”) del 28 de
febrero, Día de Andalucía, para sustituir
la bandera nacional por la andaluza, con la excusa de dicha celebración. Quince
días después sustituye la andaluza por el pendón de la ciudad (a 1.100 € por
bandera) y amenaza con izar la arcoíris
el día de las personas LGTB, la del Cádiz C.F. si sube a segunda y las que
hagan falta, todas con un trato similar, incluida la nacional, como si todo fuera lo mismo. A la
fábrica de banderas le ha salido un cliente inesperado y rico. Estos
fabricantes de banderas son más eficientes y rápidos que los de la ropa de abrigo para los indigentes que,
lamentablemente no llegó a tiempo.
Segundo
intento, ya que hace algún tiempo, recién nombrado alcalde, quitó la bandera nacional con la excusa del
peligro de ser dañada por el fuerte viento de levante. También tuvo su
turno de “descanso” la bandera nacional del balcón del Ayuntamiento, siempre
con el rechazo de la ciudadanía y los partidos de la oposición. Incluso se le
ha sugerido implantar otro mástil, o dos más, o todos los que quiera, pero esa
no es su idea.
Podríamos
seguir y no acabar con ejemplos de los Ayuntamientos
“progresistas” (ya esta explicado en otro artículo, en estas mismas
páginas, su verdadero significado),
ayudados por una clac adiestrada y fiel, que no dejan intervenir a la oposición, que llegan a invadir el espacio
de los concejales e insultarles, siendo, además, estos concejales despojados
del uso de la palabra o llamados al orden por “provocar” al público asistente. ¡ De traca !
No está muy clara la ideología de
este grupo político, si es que tiene alguna que no sea el de ser “antisistema”. Lo mismo da ir contra el
ejército, que contra la bandera nacional, el busto de Rey, la Iglesia
(Católica, por supuesto. Las otras ni mentarlas), vitorear a terroristas,
pactar con el independentismo, actrices porno, parientes y amigos en puestos de
responsabilidad política, copleras obscenas y blasfemas y, en fin, un compendio de todos los
despropósitos posibles. Nada racional o lógico para el común de los mortales.
Por eso llama más la
atención que determinadas personas, con
una buena formación y trayectoria profesional en muy diversos campos, como la
judicatura o el ejercito, abracen la causa sin causa (aunque ya se han producido no
pocas deserciones) o simplemente les hayan concedido su confianza en las
elecciones.
La
Colau no es la primera que organiza, ni será la última mientras le dejen,
diversas y de distinto calado, pero lo que evidencia
en todas ellas es una tremenda falta de educación.
Las Fuerzas Armadas no se alteran, faltaría más, por estos y otros
intentos de desplazarlos o hacerlos invisibles. Están donde tienen que estar, sin retroceder ni un milímetro,
manteniendo la compostura y respetando a quien se hace digno de su respeto,
pero ignorando provocaciones del tipo de “la Colau”. Esa ¿Sra.? no sabe con quién se la está jugando.
Bromas de esas ni una.